Mientras más televisión ven las personas, menos ejercicio hacen, según un estudio de los EE.UU. que usó podómetros para registrar los niveles de actividad de los participantes.
El estudio de 486 residentes de viviendas para personas de bajos ingresos en Boston encontró que cada hora de televisión se relacionó con 144 pasos menos caminados por día. En general, los voluntarios del estudio vieron un promedio de 3.6 horas de televisión al día, lo que equivalía a 519 pasos menos por día.
Algunos participantes reportaron no ver televisión, mientras que otros afirmaron que veían hasta 14.5 horas de televisión en los días de semana y 19 horas diarias los fines de semana.
Los investigadores también encontraron que por cada hora de televisión que veían, era 16 por ciento menos probable que los participantes caminaran 10,000 pasos por día, lo que se aproxima a los niveles de actividad diaria recomendados.
Las personas que veían un promedio de 3.6 horas de televisión diarias eran 47 por ciento menos propensas a alcanzar la meta de 10,000 pasos que los que no veían televisión.
«Claramente, mientras más tiempo pasa una persona viendo televisión, menos tiempo tiene para ser físicamente activa y, en muchas comunidades de ingresos bajos, otros factores podrían haber influido sobre las decisiones de los participantes del estudio de pasar su tiempo viendo televisión», afirmó en una declaración preparada el autor principal del estudio, Gary Bennet, del Centro para Investigación Basada en la Comunidad del Instituto de Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Salud Pública de Harvard.
El miedo al crimen en las calles y el mal mantenimiento de los parques y el equipo de los patios de juego podrían estar entre los factores que mantienen a las personas dentro de sus hogares viendo televisión, añadió Bennet. Anotó que las personas mayores de este estudio eran particularmente propensas a permanecer dentro de sus casas y ver televisión, lo que podría reflejar su creciente aislamiento de la sociedad.
Los hallazgos fueron publicados en línea en el American Journal of Public Health y se espera que aparezcan en la edición impresa de septiembre.