Al margen del hecho de comer demasiado o mal, el estrés es un importante factor que puede provocar un aumento de peso. Cuando estamos estresadas solemos comer más alimentos grasos y dulces, por su efecto reconfortante, pero que el organismo tiene tendencia a almacenar.
De hecho, un estilo de vida demasiado acelerado conlleva con frecuencia un detrimento de la buena alimentación: saltarse las comidas, abusar de los platos precocinados, picar entre horas…
Moraleja: el control del peso pasa primero por una buena higiene de vida en general. Te proponemos una serie de consejos para estar relajada y en forma.
Nuestro organismo está bien hecho: sabe muy bien los nutrientes que necesitamos para afrontar el otoño y el invierno, y adaptarnos a los cambios climáticos.
No es necesario tomar complementos alimenticios, píldoras a precio de oro que prometen milagros: para prepararte bien para el invierno, procura añadir a tu dieta alimentos de la temporada ricos en:
–Vitamina C, es un antioxidante que protege de los radicales libres, estimula las defensas del organismo contra las infecciones y facilita la absorción del hierro y el calcio de los alimentos. Los aportes diarios recomendados (ADR) son de 110 mg, un poco más para los fumadores. La encontramos en las frutas y verduras, sobre todo en las frutas rojas, en los cítricos, (naranja, pomelo), el kiwi, las frutas exóticas, el perejil y las coles.
–Magnesio, es un mineral del que solemos carecer con frecuencia, regula el ritmo cardiaco y la concentración muscular, reduce el estrés, mejora el equilibrio físico y emocional, y favorece el sueño. Los ADR son de 360mg. Lo encontramos en ciertas aguas minerales, los frutos secos (almendras, nueces, avellanas…), el chocolate, las legumbres secas y los cereales integrales.
–Hierro, otro mineral antifatiga que lucha contra las infecciones, previene la anemia y permite el transporte de oxígeno en el organismo. Los ADR son más elevados para las mujeres: 16 mg. Lo encontramos en la carne, los mariscos, las legumbres, los huevos y el cacao. .
–Omega 3, son buenos ácidos grasos que, además de proteger de las afecciones cardiovasculares y mantener la elasticidad de la piel, contribuyen a las diferentes funciones del organismo (circulación sanguínea, músculos, digestión, hormonas, inmunidad…). Los ADR son de 1,6 g al dia. Lo encontramos en los pescados grasos (caballa, atún, sardina, arenque, anchoas… ) y ciertos aceites (oliva, nuez, colza…).
¿Te sientes a menudo agobiada, con la impresión de tener constantemente un nudo en el estomago? ¡Tienes que relajarte! Además de dedicarte a tu actividad preferida (lectura, pintura, teatro, canto…), anímate a hacer una gimnasia suave que te ayude a mantener una mente sana en un cuerpo sano. Tienes mucho donde elegir:
-el stretching: ideal cuando el cuerpo está agarrotado, consiste en estirar todos los músculos para relajarlo con suavidad. Se estira cada grupo muscular con suavidad y el resultado es un cuerpo más ágil y estilizado.
-el yoga : es mucho más que una gimnasia, esta disciplina originaria de la India supone una percepción global de la salud, centrándose en la relajación, la concentración, la respiración y las posturas. Existen diferentes formas, pero todas buscan el desarrollo personal y el conocimiento de uno mismo, la serenidad y estar bien física y psicológicamente.
-el qi-gong: El «cultivo de la energía », esta gimnasia energética procedente de China, es un autentico arte de las posturas, consiguiendo al mismo tiempo, gracias a movimientos amplios y fluidos, el arraigo del cuerpo a la tierra y su apertura hacia el mundo. Aúna la relajación mental, la flexibilidad corporal y el placer de estar en movimiento en el espacio.
-el tai-chi-chuan: este arte marcial del siglo XIV se funda en el control de la respiración y de los gestos. Consiste en enfrentarse a un adversario imaginario. Se desarrolla la flexibilidad y la fuerza interior.
Con la llegada del otoño, los días empiezan a ser más cortos, llega el mal tiempo y disminuye la luz exterior. Este fenómeno repercute sin darnos cuenta en nuestra mente y nuestro físico: es lo que llamamos depresión estacional, que se traduce por un estado de melancolía, falta de ánimo, y sobre todo más ganas de comer alimentos dulces. Para luchar contra este efecto, aunque tengas una agenda apretada, tómate un poco de tiempo a diario para disfrutar del aire libre.
-camina a diario. La próxima vez que vayas al trabajo o tengas que hacer la compra, olvídate del coche. Te sentará muy bien tomar el aire y además quemarás calorías.
-ocúpate del jardín. Si tienes la suerte de tener un jardín, ocúpate de él siempre que puedas. Te relajará y serás consciente de la continua transformación de la naturaleza que te rodea.
-un pic nic improvisado. Algunos días de otoño son perfectos para comer al exterior, en un parque por ejemplo. Hazlo en pleno sol. Así evitarás el ambiente cargado de los restaurantes y volverás al trabajo con energías renovadas.
-juegos al aire libre. ¿Llueve? ¿Hace frío? ¡No importa! Cualquier momento es bueno para disfrutar del aire libre. El fin de semana aprovecha para salir con tu familia a dar un buen paseo por el campo o al borde del mar.
Con el mal tiempo pasamos mucho más tiempo en casa. Para evitar la depre, es importante que tu hogar sea un lugar agradable, en el que te sientas lo más a gusto posible.
Piensa en los objetos con los que te sientes bien, intégralos en tu hogar adaptándolos a tu estilo de vida:
-Cojines. De bonitos colores, son acogedores y suavizan las líneas de los sofás y sillones.
–Velas. Perfumadas, en función de tus gustos, ofrecen una cierta espiritualidad y crean un ambiente más calido y relajante.
-Fotos. Enmarca las fotos que evoquen tus mejores recuerdos. Fotos de tus amigos, de tu familia… Su simple contemplación te hará recordar buenos momentos.
-Una manta. Ten una manta sobre el sofá. Podrás envolverte en ella cuando leas o veas la televisión.
-Lámparas. La luz tenue suaviza los ángulos de las habitaciones y crea un ambiente mas íntimo. Para un mejor efecto, opta por una lamparita de colores calientes y una bombilla de baja tensión..
-Plantas. La presencia de flores y plantas hará que tu casa sea más cálida y luminosa.
Dormir bien es una manera eficaz de afrontar el día con ganas y energia. Sin embargo, suele ocurrir que cuando más se necesita es más difícil de conseguir… Te damos algunos consejos que te ayudarán a caer más fácilmente en los brazos de Morfeo:
-Respeta tus ciclos. La cantidad ideal de sueño es la que permite estar en forma desde que nos levantamos. Varía según las personas. Por la noche, cuando empieces a bostezar, acuéstate, sino deberás esperar un nuevo ciclo de 1h30 antes de volver a sentir la necesidad de dormir. Por la mañana, si te lo puedes permitir, levántate cuando te sientas preparada.
-Cuida tu entorno. La habitación debe ser sinónimo relajación. Para conciliar bien el sueño, es indispensable limitar el estorbo, tener una oscuridad total gracias a las persianas y las cortinas opacas, suprimir la televisión y evitar que la temperatura supere los 16°C.
-Cenar apropiadamente. Ciertos alimentos, si se consumen por la noche perturban el sueño (proteínas, grasas, alcohol, café o té), mientras que otros lo favorecen (alimentos feculentos, lácteos, infusiones…) ¡Acuérdate!
-Evitar el esfuerzo antes de dormir. De cualquier tipo: físico, aumenta la temperatura corporal; intelectual, favorece el mantenerse despierto. Antes de ir a la cama, reposa el cerebro leyendo, escuchando música o con una pequeña sesión de relajación.