Consejos para tener una alimentacion sana

CONSEJOS PARA TENER UNA ALIMENTACION SANA

Come de manera simple

La próxima vez que estés en el súper, lee la etiqueta de cualquier producto que venga en una caja. Lo más probable es que sólo reconozcas algunos ingredientes como trigo, azúcar, sal; y habrá muchos que te serán ajenos. Estos son aditivos químicos que los científicos que estudian la producción de alimentos han diseñado no solo para detener el proceso de descomposición, sino para interferir con los reguladores naturales del sabor y el apetito en tu organismo. Las personas  que fabrican comidas procesadas han diseñado las fórmulas de manera tal, que sus fritangas o sopas tienen un balance de sabores dulce y salado; así es menos probable que te hartes del producto y busques algo nuevo. ¿La solución? Enfócate en ingerir alimentos con un solo ingrediente. Si crees que eso se traducirá en que pasaras más tiempo en los pasillos de frutas y verduras, carne y lácteos, estas en lo correcto. Es ahí donde las delgadas hacen sus compras.

Come más seguido

Este consejo tiene que ver con administrar los requerimientos energéticos de tu cuerpo durante el día: nunca tendrás tanta hambre que no puedas concentrarte. Si tus reservas de alimento bajan mucho, incluso si es por una hora, te inclinaras a la glotonería. Una solución fácil: come cada tres horas, empezando por el desayuno. Un estudio de la Escuela Médica de la Universidad de Massachusetts determinó que las personas que se saltan el desayuno son 4.5 veces más propensas a ser obesas en comparación aquellas que se dan el tiempo para ingerir esta comida. Asegúrate de que cada uno de tus snacks tenga buena mezcla de proteína, grasa, fibra y carbohidratos. Si comes en este horario resolverás el problema más grande que enfrentan las personas a la hora de perder peso, estar demasiado hambrientas como para persistir.

Bebe mucho pero inteligentemente

Las bebidas que tienen azúcar añadida suman casi 450 calorías por día en la dieta promedio de las personas.  Esta cifra representa el doble comparado con hace 30 años. Estas calorías vienen a manera de refrescos con mucha azúcar, bebidas a base de café o té, smothies saludables embotellados o bebidas de frutas atascadas de azucares. Mejora tu consumo de líquidos inaugurando un horario del agua, toma un vaso del líquido vital cuando te despiertes, uno a media mañana, uno antes del almuerzo, uno a media tarde y otro antes de la cena y un último a esa de las ocho de la noche.

Si sigues este plan, veras que los refrescos se te antojaran menos, si sientes que necesitas la cafeína de una coca cola, cámbiala por un café con leche. Otras buenas alternativas incluyen jugo hecho en casa y con pocas calorías, té helado sin endulzar y agua mineral con sabor, solo evita las variedades altas en contenido de azúcar, jarabe de maíz alto en fructosa o cualquier tipo de edulcorante artificial.

Cocínalo tú misma

Tras una jornada de locura puede parecer más fácil salir a cenar. Pero al incorporar alimentos de restaurante en nuestras vidas, estamos dejando ir dos cosas esenciales: dinero y control. Para empezar, los platos son mucho más grandes hoy en día que hace algunas décadas. Por lo mismo, las porciones aumentan, además tienes que considerar los beneficios adicionales que trae el hecho de compartir los alimentos con tu familia: tendemos a extendernos más cuando es algo preparado en casa, lo que se ha relacionado con un consumo menor de calorías. Además a los niños que han crecido en familias que ponen cuidado a la cena les va mejor en la escuela, tienen un peso menor y son menos propensos a consumir drogas.

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