El cilantro, la hierba más utilizada en el mundo

El cilantro (Coriandrum sativum), es la hierba más utilizada en el mundo. Su sabor es fuerte y su aroma es penetrante y agradable. Esta hierba aromática se conoce también con los nombres de culantro, coriandro, anisillo, cilandro, cilántrico, culántrico, perejil chino o japonés.
El cilantro es una hierba sumamente versátil de la que se aprovecha todo: sus hojas, frutos, raíces y semillas. Se utiliza ampliamente en la cocina mediterránea, oriental, caribeña, italiana, latinoamericana, etc., para realzar el sabor de guisos, salsas, sopas, aderezos de ensaladas, carnes y pescados. Para que no pierda su sabor, es mejor echarlo cuando le queda poco de cocción.
Se cree que el cilantro es originario del Mediterráneo Oriental y de Oriente Medio. Sus granos se encuentran entre las especias más antiguas, pues hay registro de que ya se cultivaba en Egipto hace más de 3.500 años.
El cilantro pertenece a la familia de las zanahorias. Es muy parecido al perejil pero su aroma y sabor son totalmente diferentes. Sus semillas se utilizan para hacer el curry, así como vinagretas para verduras, salsas y marinadas.
En cuanto a su valor nutricional, 100 gr. de cilantro en semilla aportan: 297,5 KCal.; Grasas monoins.: 13,6 gr.; Proteínas: 12,4 gr.; Grasas poliinsat.: 1,8 gr.; Colesterol: 0,0 gr.; Calcio: 708,6 Mg.; Grasas sats: 1 gr.; Magnesio: 330,2 Mg.; Fósforo: 408,8 Mg.; Vitamina C: 21 Mg.; Potasio: 1.267 Mg.; Vitamina E: 0,0 Mg.; Sodio: 35,3 Mg.; Vitamina A: 0,0 IU.
El cilantro se ha utilizado desde tiempos antiguos en la medicina tradicional, en la prevención y tratamiento de enfermedades. Se le atribuyen propiedades antiespasmódicas, estomacales y estimulantes, facilita la digestión, elimina los gases y tonifica el sistema nervioso.
El cilantro tiene los siguientes componentes activos: aceites esenciales que contienen: decanal, dodecanal, decano, huleno, cerofileno, linanol, taninos, aciado málico.
En los últimos años se ha demostrado que los polifenoles, sustancias químicas que contiene el cilantro, presentan actividades antioxidantes. Los polifenoles, junto con una dieta balanceada, contribuyen a que haya menor concentración de lípidos en el organismo, que los alimentos se ingieran con mayor facilidad y ayuda a revertir algunos problemas de salud.
Actualmente académicos y alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), están desarrollando un fármaco a base de hojas y semillas de cilantro, para controlar enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión, el colesterol y los triglicéridos.
El aceite extraído de las semillas del cilantro, se utiliza en remedios herbales y suplementos dietéticos. Se le emplea para dar sabor a la ginebra, el vermut, licores, tabaco y perfumería.
El cilantro también tiene otros usos, al masticar sus hojas se combate el mal aliento, y si se aplican machacadas sobre las axilas, evitan la sudoración excesiva.
El cilantro fresco es muy perecedero, pero se conserva mejor si tiene las raíces incorporadas. Para conservarlo por más tiempo se recomienda meter las raíces en un vaso con agua y cubrir las hojas con una bolsa de plástico, luego debe introducirse en la nevera.

Información básica no exhaustiva proporcionada con fines meramente informativos. Para ahondar con mayor profundidad sobre información relativa a herbolaria, dietas, sustancias o terapias de salud natural pregunte a su médico o consulte publicaciones científicas especializadas. Dienut, no se responsabiliza de ningún daño o problema relacionado con la utilización de sustancias, dietas o tratamientos naturales, su uso será responsabilidad absoluta de quien las usa, consuma y prescriba. Consulte a su médico antes de tomar cualquier tratamiento o sustancia. La información de este sitio No sustituye la atención médica y la consulta con profesionales en el área de salud. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento, dieta o programa físico.

El alimento del futuro

Para hacer frente a la escasez de alimentos que provocará el calentamiento global, es probable que en unos años tengamos que comer polvos deshidratados o pastillas, como los que consumen los astronautas en el espacio exterior.

Así lo ha señalado el científico mexicano Díaz Jiménez, ingeniero bioquímico, quien afirma que la carestía de alimentos frescos comenzará en 2025, dificultando el acceso a los mismos, por lo que considera muy importante abrir plantas procesadoras de “alimentos naturales del futuro”, sin conservadores y con un alto valor proteínico, que puedan mantenerse bajo resguardo hasta por tres y cinco años para afrontar esta situación.
Actualmente Jiménez tiene una pequeña empresa donde procesa cerca de 2 toneladas mensuales de lo que llama el “Alimento del futuro”, un producto en polvo elaborado a base de avena, aguacate, mango y nopal. Dicho polvo, contiene un alto valor nutritivo, además de que ayuda a niños y adultos a bajar de peso, explicó.
Para prepararlo basta con disolverlo en 200 mililitros de agua y agitarlo vigorosamente. Es recomendable que se ingiera un sobre 10 o 15 minutos antes del alimento principal, para que logre expandirse en el estómago y dar la sensación de saciedad, indicó el científico.
Según el investigador, el consumo de 100 gramos de este producto proporciona 58% de carbohidratos, 20% de proteínas, 20% de grasa vegetal monoinsaturada (omega 3 y 5) y 2% de fibra cruda, nutrientes que al sumarse aportan 270 kilocalorías.
Otra de las bondades que ofrece el “alimento del futuro”, según su creador, es que ayuda a la disminución del peso corporal en forma paulatina y natural, sin riesgos para la salud de la población infantil con problemas de obesidad, así como de personas adultas.
De acuerdo con el científico, el “alimento del futuro” está garantizado y podría distribuirse en escuelas y hospitales de todo el país para afrontar el problema de la obesidad. También podría distribuirse en los refugios de las minas, para que sus trabajadores puedan consumirlo en casos de emergencia.

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Snacks o aperitivos salados: ¿Por qué conviene evitarlos?

Los snacks o aperitivos salados, son productos que se caracterizan por ser ligeros, fáciles de manipular y de comer, sabrosos y capaces de aplacar momentáneamente la sensación de hambre. Estos productos suponen un mercado enorme y generan grandes beneficios a sus fabricantes y distribuidores.

Los snacks llegan al consumidor en una gran diversidad de presentaciones, pueden ser horneados, fritos y estar cubiertos de cacao, maní, etc., además de contar con distintos aromas y sabores. Los menos consumidos son los envases más pequeños (de 0 a 45 gr). El consumo se realiza a nivel familiar, evidenciando así, el tipo de alimentación que llevan la mayoría de las familias consumidoras.
Además de consumirse para “matar el hambre”, los snacks se usan para proporcionar energía al cuerpo o simplemente por placer. Sin embargo, al tener poco o ningún valor nutricional, exceso de aditivos, ser hipercalóricos y no contribuir a la salud, se les considera “comida basura” por lo que deberían evitarse o en todo caso ser un producto ocasional en la dieta, sobre todo en la dieta infantil.
Los snacks tomados antes de las comidas, reducen el apetito de los niños y les acostumbran a sabores intensos y poco naturales. Al ser tan sabrosos y salados, convierten en insípidos platos muy saludables como verduras, ensaladas o pescados.
Muchos snacks están compuestos fundamentalmente de harina o sémola de cereales o tubérculos (maíz, trigo, fécula de patata, en su mayoría transgénicos) y grasa (aceite de semillas, grasa vegetal o grasa vegetal hidrogenada) acompañados de agua, sal y aditivos (colorantes, saborizantes y conservantes).
La grasa de los snacks es la menos saludable. Aunque en el etiquetado no se especifica el tipo de grasa utilizada como ingrediente, en la fabricación de estos productos suelen emplearse aceites vegetales, como de semilla de girasol, maíz, soja y palma. La grasa vegetal hidrogenada, aumenta la presencia de grasas saturadas y su consumo excesivo eleva los niveles de colesterol malo (LDL). Además, las grasas trans que alargan la vida y potencian las cualidades organolépticas del producto, también aumentan el colesterol malo y reducen el nivel de colesterol bueno (HDL).
La cantidad de sal contenida en la mayoría de snacks es excesiva. En una bolsa de maíz salado de 50 gr, un niño puede llegar a ingerir la mitad del consumo máximo diario recomendado de sodio. Por tal razón, quienes acostumbran comer snacks, superan la cantidad recomendada de sodio con los efectos negativos que esto supone para la salud.
Estadísticas señalan que tres de cada diez adultos padecen hipertensión por una ingesta excesiva de sal. Esta no sólo sube la presión, sino que aumenta el tamaño del ventrículo izquierdo del corazón, contribuyendo al accidente vascular cerebral, insuficiencia renal y cáncer de estómago.
Los snacks están compuestos también por sustancias como el glutamato, un aditivo potenciador del sabor que estimula el apetito y nos hace comer más. Según pruebas en animales, el glutamato monosódico puede llegar a producir un apetito un 40 % superior, por lo que si las personas dejaran de consumirlo en su dieta, verían reducido su voraz apetito y les resultaría más fácil seguir una dieta y perder peso.

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Comer rápido aumenta el riesgo de obesidad

Come despacio y mastica bien” o “Tómate tiempo para comer” son consejos dados habitualmente por los nutricionistas a aquellas personas que quieren adelgazar. El motivo es que existen actitudes a la hora de comer que se asocian con los kilos de más.
El British Medical Journal publicó esta semana los resultados de un estudio que evidencia que aquellas personas que comen rápido y hasta sentirse completamente llenas tienen más probabilidades de padecer sobrepeso.
Ambos hábitos (observados independientemente) aumentan al doble el riesgo de sobrepeso. Sin embargo, cuando se combinan ambas actitudes el riesgo se triplica.
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La alimentación según la edad de cada miembro de la familia

Según la etapa de la vida en que nos encontremos, así serán nuestras necesidades nutricionales. Para llevar una dieta balanceada, los especialistas en nutrición recomiendan principalmente ingerir gran variedad de alimentos naturales en todas las comidas del día, sobre todo consumir más frutas y verduras de preferencia crudas.

 

• NIÑOS LACTANTES (1 a 6 meses)

La leche materna es el primer y único alimento que debería recibir un bebé luego de su nacimiento. Este alimento posee un alto contenido de grasas importantes para el desarrollo del sistema nervioso y le brinda una enorme protección inmunológica al bebé, entre otros beneficios.

 

• APRENDIENDO A COMER (A partir de los 6 meses)

Al alcanzar los 6 meses, los bebés empiezan a ingerir sus primeras papillas y debe continuarse la lactancia hasta finalizar el año. En esta etapa el bebé se acostumbra a deglutir los alimentos, requiriéndose comidas con mayor densidad calórica y proteica, de textura blanda como las papillas o licuados. Se debe ser paciente cuando aumentan los meses para que el niño los mastique. En ocasiones va a demorar mucho, pero es importante respetar estos tiempos para que se acostumbre a recibir alimentos como lentejas, beterraga, habas, pescado, etc. Esta etapa es clave para que en el futuro no rechace las verduras, explican los expertos.

 

• ETAPA PRE-ESCOLAR (1 a 5 años)

Al llegar a la etapa preescolar (1 a 5 años), el niño debe participar de los mismos alimentos que el resto de la familia. Sin embargo, el tema de las loncheras es muy importante, ya que muchos niños con padres que trabajan, ingresan a guarderías desde muy pequeños . La lonchera debe asegurar que reciban los siguiente alimentos: 1) Alimentos energéticos (carbohidratos y grasas); 2) Alimentos formadores ( proteínas); 3) Alimentos reguladores (frutas, verduras y legumbres).

 

• ETAPA ESCOLAR (6 A 10 años)

En esta etapa las cantidades de alimentos experimentan un aumento, hay más requerimientos proteicos y de carbohidratos, por lo que se recomienda dos raciones al día de tubérculos. En este periodo el niño aumenta su actividad física, pero en contraste, presenta falta de apetito o poca disposición a comer porque se interesa más por el juego. Conviene darle alimentos que en pocas cantidades puedan ser bien aprovechados y que promuevan su crecimiento. Un ingrediente básico en su alimentación debería ser el ajonjolí, considerado el rey del calcio. Si la leche de vaca tiene 116 mg de calcio por 100 gramos, el ajonjolí tiene 1.160. “Un cuarto de cucharadita para el niño de un año, o media para un niño más grande, es una proteína de la más alta calidad”, explican los expertos.

 

• LA PRE-ADOLESCENCIA (10-12 años) Y LA ADOLESCENCIA (hasta los 17)

En esta etapa hay un desgaste mental y físico, los requerimientos van en aumento. Los niños crecen mucho más en este período y es recomendable que a diario puedan ingerir cuatro raciones de lácteos, dos proteínas cárnicas, cereales, frutas y verduras en ensaladas.

 

La ingesta de un huevo cocido diario y grasas saludables como las pecanas o nueces para la actividad cerebral, es importante, señalan expertos.

 

• LA ADULTEZ

En esta etapa, las responsabilidades de atender el hogar y el trabajo tienden a relajar la frecuencia de comida y la calidad de las mismas. Es común saltarse desayunos o almuerzos y comer al paso alimentos procesados que impactan a corto plazo en la salud. Muchos adultos se quejan de sufrir de gastritis, altos niveles de colesterol, fatigas o insomnios. Se recomienda realizar cinco comidas ligeras para mantener la energía, y disminuir o evitar en la medida de lo posible el azúcar refinada. Con el tiempo, el paladar se acostumbra a encontrar el dulce en los jugos de frutas y a disfrutar de infusiones sin endulzar, etc.

 

Las frutas tienen la capacidad de limpiar el organismo por lo que se recomienda comerlas solas y en ayunas, media hora antes del desayuno. Las mujeres que planifican embarazos deben preparar su cuerpo meses antes a base de una alimentación sana.

 

• EL ADULTO MAYOR

En esta etapa se debe considerar si la persona mayor presenta pérdida de piezas dentales, ya que la dificultad para masticar podría devenir en disminución del apetito. Será necesario preparar alimentos suaves, siempre dentro de una dieta rica en frutas y verduras como fuentes de antioxidantes y fibra. Debe evitarse la ingesta de grasas animales, que aumenta los niveles del colesterol y triglicéridos y reemplazar las harinas procesadas por las integrales.

 

Cuando se asegura una cantidad de fibra adecuada en esta etapa, hay que vigilar que se beba una buena cantidad de líquidos para evitar el extreñimiento. Es recomendable un litro y medio de agua al día. Debe vigilarse estoo porque la sensación de sed disminuye con la edad.

 

El funcionamiento estomacal en el adulto mayor es más lento, lo ideal son cinco raciones pequeñas de alimentos. Entre comidas se puede beber jugos de frutas licuados con linaza, compotas, entre otros.

Niños que miran T.V. mientras comen, engordan más

Mirar televisión, así como ingerir alimentos mientras se convive con otros distractores, tales como la radio o el ordenador, es notablemente influyente sobre el aumento de peso de los niños, pero también en los adultos.

 

Un estudio canadiense comprobó que los niños que comen y miran televisión al mismo tiempo engordan más que aquellos que evitan sus programas favoritos en el momento de la comida.

 

Se observó que los niños asimilan 228 calorías más si al momento de comer están mirando tele.

 

Uno de los fundamentos de éste mayor consumo calórico es que quienes ven televisión no reconocen cuándo es el momento en que deben parar de comer.

 

Es decir, la tele provoca una alimentación mecánica que no permite tomar conciencia de lo que se está consumiendo y su cantidad.

 

Por ello, los niños no reconocen qué es lo que están llevando a su boca, no disfrutan del momento placentero y social de la comida y engordan más porque comen más.

 

En un momento en que la obesidad afecta cada vez más a los niños, es indispensable que los padres reconozcan la importancia de comer sin distractores y apaguen la tele al momento de compartir un almuerzo o una cena.

 

Además, la publicidad engañosa acerca de la comida basura engaña a los niños y los atrapa estimulando el consumo nocivo de este tipo de alimentos.

Los niños y la mesa

Cada vez es más difícil encontrar niños sanos y delgados, pues a menudo, ya sea por pereza o por malos hábitos, los pequeños corren el riesgo de sufrir sobrepeso.

 

La alarma del sobrepeso y obesidad en los niños, ha saltado alrededor del mundo. Se estima que actualmente de cada cuatro niños, uno supera el peso correcto. Las principales causas son el estilo de vida cada vez más sedentario y una alimentación abundante, rica en grasas y muy energética.

 

Los niños necesitan hacer ejercicio y ajustar las comidas al gasto energético, seguir un horario, y no saltarse ninguna comida. Para crecer bien, todo niño necesita introducir cada día todos los nutrientes, con gran variedad y en las dosis justas.

 

Siga estos consejos y estrategias sobre alimentación equilibrada para sus hijos. Recuerde que si hasta los 12 meses son los pediatras los que guían la dieta de los pequeños, a partir de ese momento la educación alimentaria pasa a manos de los padres.

 

El rito de la mesa

Una familia poco interesada en la comida, donde se prefiere comprar platos preparados, se come con prisa, sin controlar horarios y se da poca importancia a lo que se lleva a la mesa, incide sobre la relación entre el niño y la alimentación. El momento de la comida tiene además un enorme valor educativo para la formación de un niño, para la construcción de las costumbres y de los comportamientos alimentarios.

 

Lo que se come es tan importante como la “forma” de comer. Lo ideal es sentarse a la mesa todos juntos, con calma, prestando mucha atención al niño y a lo que se ha preparado para él. ¿Y cuando el problema es que el pequeño llega a la mesa sin hambre?. Entonces se necesita replantear las comidas durante el día, limitar picar entre horas, establecer horarios fijos para las 5 comidas diarias y estar en la mesa el tiempo necesario, sin televisión.

 

Las diferentes etapas del rito de la mesa:

 

1. EL DESAYUNO

Un desayuno completo se compone de una taza de leche o un yogur, 2 rodajas de pan con 2 cucharadas de mermelada o una porción de bizcocho casero o cereales en copos y fruta, y suplirá entre el 20 y 25% de las calorías diarias.

 

Es muy importante que se ingiera con calma, recuerde que los niños imitan a los mayores, por lo que si la mamá bebe un café rápido, difícilmente conseguirá convencer al hijo para hacer un desayuno completo. Un método para ayudar a los niños, es usar una tabla de refuerzos positiva, por ejemplo, por la noche que preparen la mesa con lo necesario para el desayuno.

 

2. LA MERIENDA

Si el desayuno es completo y sustancioso, difícilmente el niño tendrá demasiada hambre a media mañana, y esto impedirá que se llene de aperitivos y bollería. Por eso, tanto a media mañana como de merienda, lo mejor es una rebanada de pan con mermelada, miel o aceite, o un yogur con fruta o galletas o bocadillo. Como alternativa, una manzana o un puñado de frutos secos. Todos son alimentos que proporcionan otro 10% de las calorías necesarias durante la jornada. Si el niño se empeña en una merienda “industrial”, trate de insistir en alimentos sanos y genuinos y conceda como premio de vez en cuando su capricho.

 

3. LA COMIDA Y LA CENA

La fórmula ideal a mediodía es: 60 g de pasta y 80 g de carne o pescado (alternar huevos y quesos), y guarniciones de verduras, con un panecillo y una fruta. En la cena, al menos 2 veces a la semana, debería tomar sopa de verduras, un huevo y una loncha de queso y siempre, un acompañamiento verde, crudo o cocido.

Alimentos que puede comer un niño celiaco en un festejo

Por supuesto se deben tener en cuenta algunas precauciones respecto a los alimentos que ingerirá.

 

A continuación encontrará un listado de alimentos libres de gluten que pueden comer los niños celiacos durante un festejo o actividad social.

 

• Patatas fritas sin aromas ni sabores, hechas con patata, aceite y sal.

• Snacks caseros o comprados sin gluten.

• Sándwiches elaborados con pan, jamón y queso sin TACC.

• Cacahuetes con y sin sal.

• Tartas aptas de variedad de sabores.

• Galletas aptas de chocolate, maíz, queso, etc.

• Frutos secos crudos: nueces avellanas, pistachos, castañas, etc.

• Palomitas de maíz elaboradas con maíz, aceite y sal o azúcar.

• Yogures naturales, helados de vainilla, nata o caseros aptos.

• Alfajores elaborados con ingredientes aptos.

• Golosinas sin gluten, elaboradas en casa o compradas en tiendas aprobadas.

• Empanaditas de copetín aptas. Se las puede hacer de jamón y queso, verduras, capresse, de carne, choclo (elote) y queso, etc.

• Pizzas y pizzetas (con masa de arroz, maíz o patata).

• Jugos naturales exprimidos y con pulpa, licuados de frutas, helados y flanes caseros.

• Magdalenas, croisants, bizcochos, mantecados y buñuelos sin gluten.

• Bombones de chocolate, arroz o brownies sin gluten.

• Aceitunas con y sin hueso

• Encurtidos.

La alimentación del niño celiaco en la vida social

La enfermedad celiaca es una enfermedad para toda la vida y del cumplimiento estricto de la dieta dependerá la salud. Sin embargo, el que un niño sea celiaco, no significa que no pueda llevar una vida normal, solo deberá adaptar sus hábitos alimenticios a su vida escolar, deportiva y social, y en esta tarea los padres, familiares, amigos, vecinos, maestros y todos aquellos que están cerca del niño, juegan un rol fundamental.

 

Si bien es cierto es difícil controlar la alimentación del niño celiaco en eventos de tipo social, es algo que puede lograrse tomando en cuenta algunas precauciones.

 

Recuerde que el buen manejo de la alimentación del niño celiaco incluye también el control en situaciones sociales diversas. Siga estos consejos y aprenda a enfrentar este tipo de situaciones.

 

• En las reuniones sociales no aisle al niño para evitar que coma algo indebido, sino al contrario, enséñele qué alimentos puede tomar y cuáles no. Es muy importante que aprenda poco a poco a cuidarse a sí mismo, dándose la posibilidad de comer, como alternativa, otros alimentos nutritivos libres de gluten que le resulten gratificantes. De esta forma se garantiza que el día de mañana el niño no ingiera gluten accidental o voluntariamente.

 

• Además de educarlo, infórmele todo acerca de su enfermedad. Tome en cuenta su condición y busque variantes aptas que sustituyan los productos con gluten. Esto es de suma importancia.

 

• En situaciones especiales como excursiones, paseos, fiestas de cumpleaños, en la escuela, en el comedor, en los campamentos, en las casas de los vecinos y amigos, etc., es importante que exista un debido control estando atento a la alimentación que el niño consumirá.

 

• En la escuela, informe a los maestros y al director sobre la dieta que se debe cumplir. Haga conciencia en el niño sobre lo que no puede comer y prepárele una merienda especial para que no tenga que compartir los alimentos de sus compañeros. Avise también a los responsables del comedor, solicitando una dieta orientada.

 

• En campamentos y días de campo es de vital importancia comunicar a las personas responsables sobre los cuidados que deben tomar.

 

• En los cumpleaños, dependiendo de quién lo organice, resulta conveniente llevarle una merienda exclusiva al niño o bien que le de de merendar antes de la fiesta. De ser posible sugiera a los anfitriones cuáles son los alimentos prohibidos y los permitidos para su hijo.

 

• En los viajes de avión consulte con anterioridad acerca de los servicios de catering, para saber si incluyen comidas para celiacos.

 

• Como cada edad trae nuevos retos, planteamientos y rebeldías, es importante compartir las dudas con otras personas con más experiencia en la celiaquía de sus hijos, o de sí mismos, quienes podrán aportar las vivencias que les han resultado favorables.