Todos sabemos que beber agua es esencial para la buena salud, y aunque la recomendación general es que bebamos al menos dos litros de agua al día, la necesidad de este líquido vital es individual para cada organismo, pues la cantidad de agua que necesitamos varía de acuerdo al peso corporal de cada persona, edad, nivel de actividad física y hasta el clima donde habita.
Se calcula que un adulto debe consumir de 50 a 60 mililitros de agua por cada kilogramo de peso, mientras que los niños requieren en promedio de 35 mililitros por kilogramo de peso. Si se practica algún deporte dicha cantidad aumenta en la medida en que se transpire.
Así como un déficit de agua puede conducirnos a la deshidratación, el exceso en su consumo (más de 2,5 litros de un solo golpe, en una persona sedentaria) puede causar molestias como calambres, presión arterial baja, sobrecarga de trabajo del riñón y desnutrición, señalan expertos.
Se estima que la tasa de absorción del intestino es de unos 200 ml (vaso de agua) cada cuarto de hora, por lo que beber mucha agua en un periodo corto de tiempo, puede generar molestias intestinales, puede exceder los niveles máximos de eliminación renal, provocar una peligrosa disminución de la concentración de sodio en plasma y dar lugar a una intoxicación o envenenamiento por agua, que puede ser potencialmente fatal.
Lo recomendable es ingerir 300 mililitros de líquido cada hora durante el día, y no 2 o 3 litros de un solo golpe, ya que si se hace de esta forma y se toma más agua de la que el cuerpo requiere, hará que se pierda sodio, potasio y magnesio al orinar, debido a que el organismo no tiene capacidad para guardar tanta agua.
Estudios señalan que el agua retenida en el organismo es variable y depende de la rapidez con la que ésta se ingiere. Si se ingiere en un tiempo muy corto, hay mayores probabilidades que se expulse fuera, mientras que si se bebe repartida en un periodo de tiempo largo, tiende a ser retenida en el cuerpo y se aprovecha mejor.
Por lo anterior, la recomendación generalizada es beber entre 2 y 2,5 litros de agua u otras bebidas e infusiones. La ingesta de agua debe ser repartida a lo largo del día, y nunca de golpe.