Niños que miran T.V. mientras comen, engordan más

Mirar televisión, así como ingerir alimentos mientras se convive con otros distractores, tales como la radio o el ordenador, es notablemente influyente sobre el aumento de peso de los niños, pero también en los adultos.

 

Un estudio canadiense comprobó que los niños que comen y miran televisión al mismo tiempo engordan más que aquellos que evitan sus programas favoritos en el momento de la comida.

 

Se observó que los niños asimilan 228 calorías más si al momento de comer están mirando tele.

 

Uno de los fundamentos de éste mayor consumo calórico es que quienes ven televisión no reconocen cuándo es el momento en que deben parar de comer.

 

Es decir, la tele provoca una alimentación mecánica que no permite tomar conciencia de lo que se está consumiendo y su cantidad.

 

Por ello, los niños no reconocen qué es lo que están llevando a su boca, no disfrutan del momento placentero y social de la comida y engordan más porque comen más.

 

En un momento en que la obesidad afecta cada vez más a los niños, es indispensable que los padres reconozcan la importancia de comer sin distractores y apaguen la tele al momento de compartir un almuerzo o una cena.

 

Además, la publicidad engañosa acerca de la comida basura engaña a los niños y los atrapa estimulando el consumo nocivo de este tipo de alimentos.

Los niños obesos deberían reducir el consumo de frutas

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Medicina Nutricional en Alemania, determinó que la fructuosa, el azúcar contenida en las frutas y jugos, estimularía el sobrepeso en los niños.

 

Los investigadores evaluaron la reducción temporal del consumo de este tipo de azúcar natural en un grupo de 15 niños cuyas edades oscilaban entre los 5 y 8 años y comprobaron que dicha reducción estimuló la pérdida de peso en el grupo de control.

 

El estudio duró tres meses, periodo en el cual los niños recibieron alimentos con la mitad de la fructosa, en función de su alimentación anterior. La conclusión fue que una reducción temporal en el consumo de este tipo de azúcar puede tener un efecto beneficioso en niños obesos.

 

El estudio hace referencia a una reducción y no a la eliminación de las frutas en las dietas infantiles, que son más que beneficiosas a nivel nutricional ya que representan las fuentes naturales de vitaminas y minerales y su consumo es indispensable para una dieta equilibrada.

 

La presente investigación habla de obesidad instalada, donde se deben elaborar planes nutricionales con profesionales que realicen evaluaciones individuales, para establecer una dieta infantil específica.