Alimentación sana para prevenir el cáncer

Evitar el cáncer con una alimentación sana. Una alimentación  sana y practicar regularmente  ejercicio físico,  son fundamentales para prevenir cualquier tipo de cáncer.  Es importante señalar que el sobrepeso está relacionado con algunos tipos de cáncer, como el de mama, riñón y endometrio y la carencia de ejercicio físico, puede dar lugar a padecer  cáncer de mama y de colon.

Debido a un cierto tipo de aminoácido, el consumo de proteína animal  puede dar lugar a enfermedades cancerígenas y el consumo de grasas saturadas, se relaciona con el cáncer de mama, pulmón, próstata y colon.

Se recomiendan carbohidratos complejos, para obtener energía y nutrientes de calidad,  además la alimentación debe de ser rica en fibra soluble  e insoluble, la cual es indicada para prevenir el cancer de colon.

Es importante llevar una alimentación ecológica, optando por la dieta vegetariana o semivegetariana, y es muy recomendable realizar dieta crudívora durante quince días,  al menos dos veces al año, a principios de cada estación,

Hay que evitar el sobrepeso, así como excluir de la dieta o tomar con moderación proteínas animales, grasas saturadas,cereales refinados, sal, azúcar, ahumados, salazones y fritos,  y optar por una dieta muy rica en verduras y frutas, consumiendo a diario zumos naturales, proteínas vegetales como el tofu el seitán o las legumbres +cereales integrales.

Información dienut

¿Peso ideal o peso normal?

 
 
 
Actualmente es mucha la preocupación por mantenernos lo más cercano al peso ideal para nuestro organismo…pero es lo mismo PESO IDEAL que PESO NORMAL?
El peso ideal es se basa en:
•    Edad
•    Sexo
•    estatura
•    y complexión
 
 
 
El cual según las estadísticas medicas han calculado la presencia de menos complicaciones físicas y enfermedades crónico-degenerativas.
El peso normal, es el peso promedio que han mantenido a lo largo de la vida dentro de los parámetros normales, y que ayude a mantener el estado de salud.
Es importante saber que cada persona es diferente, las tablas de peso ideal no son para todas las personas, solo son indicadores, sin embargo, cada persona, es diferente, y no debemos seguir sólo estos indicadores.
Para saber y conocer tu peso ideal es importante asesorarte con un especialista en el área de nutrición que te tome las medidas necesarias y pueda calcular el peso normal de manera individual.
Lo que si es importante es, no subir de peso para evitar el sobrepeso y/o la obesidad para no llegar a tener otro tipo de enfermedades…a cuidar lo que comemos y nuestra salud…

La obesidad acelera el envejecimiento

 
 
 
En los ancianos la obesidad puede llegar a convertirse en una patología de base que acarrea otras múltiples alteraciones. Los últimos estudios indican que la obesidad puede acelerar el envejecimiento e incluso puede acelerar la mortalidaden este grupo de población. Los protocolos basados en dietas alimenticias adecuadas, así como ejercicio y modificación de hábitos, son capaces de revertir la situación.
 
La obesidad está ligada directamente a un descenso de la calidad de vida que se agudiza en el caso del anciano debido a las complicaciones metabólicas, unidas a la acumulación excesiva de grasa corporal. Este fenómeno, que se ha analizado en el curso de verano Obesidad: la enfermedad del siglo XXI en el mundo moderno, celebrado en la Universidad de Salamanca, se traduce principalmente en un mayor índice de mortalidad prematura en los obesos. Así lo ha manifestado Rafael Gómez Gómez, miembro del Instituto de Salud y Longevidad, que integra a investigadores de distintas universidades españolas y cuyos trabajos van dirigidos a la prevención de enfermedades en la vejez.
 
Según el especialista, de la relación entre obesidad y envejecimiento se desprende que «los obesos envejecen menos, porque viven menos». Esta afirmación se basa en recientes estudios entre los que destaca uno noruego, que tras realizar un seguimiento a 1.700.000 personas durante diez años, «demuestra claramente que en las personas con un IMC superior a 29-30 el crecimiento de la mortalidad es exponencial, al igual que la aparición de complicaciones cardiovasculares, metabólicas e incluso neoplásicas».
 
Complicaciones
 
En este sentido, ha explicado que la obesidad implica dos tipos de alteraciones graves para el anciano. Por un lado, «la complicación de enfermedades como la hipertensión arterial, que es 2,5 veces más frecuente en obesos, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus e incluso ya hay estudios que hablan de una mayor prevalencia de las neoplasias en obesos». Además, existen una serie de alteraciones para la estética, e incluso psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio, pues producen numerosas dificultades: trastornos venosos, linfáticos, edemas cutáneos.
 
En cuanto al tratamiento, las particularidades del anciano desaconsejan, según Gómez, las dietas restrictivas, ya que «cualquier deficiencia nutriente puede tener más repercusiones negativas que el mantener una cierta obesidad».
 
El cuerpo, con el paso de los años, sufre una serie de cambios fisiológicos que están directamente relacionados con el proceso de envejecimiento celular y con una tendencia a llevar una vida más sedentaria. Entre otros aspectos, disminuye el agua del cuerpo y la sensación de sed, generando un riesgo de deshidratación involuntaria. Aparecen problemas de la visión y el olfato, lo que hace menos atrayente la comida. Si a esto se suma la pérdida de las papilas gustativas y las dificultades para mascar y tragar, las personas mayores van dejando de lado su alimentación.
 
En consecuencia, las dietas restrictivas terminan por ser una terapia desaconsejable. Finalmente, con el paso del tiempo se reduce la masa muscular, aumenta la grasa corporal y disminuye la absorción digestiva de los nutrientes esenciales.
 
Estas particularidades, según el experto, obligan a optar por la terapia preventiva en detrimento de la curativa, y las medidas de prevención se deben centrar en el ejercicio físico adecuado a las características de cada paciente y en la educación sobre los hábitos alimenticios.
 
Actuaciones
 
Esos dos pilares, ejercicio y educación alimentaria, centran el protocolo de seguimiento de la obesidad que se aplica en el Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona, y que ha sido presentado en Salamanca por Mercé Planas Vilá, coordinadora de la Unidad de Nutrición del centro catalán.
 
Esta especialista ha señalado que el 50 por ciento de los pacientes sometidos a un seguimiento multidisciplinar y que cumplen unas determinadas pautas de ejercicio y alimentación alcanzan los objetivos de reducción de peso marcados por los expertos.
 
El grupo, compuesto por facultativo, dietista y enfermera, en una primera fase valora cómo se encuentra el enfermo. Esto incluye revisión de la historia clínica, valoración antropométrica, encuesta dietética y pruebas de densitometría. En función de los resultados se indica una dieta y se pactan los objetivos (pérdida de medio kilo en 7-10 días) con el paciente, que seguirá acudiendo periódicamente a consulta.

 

El cromo en la alimentación

El cromo en la alimentación

El cromo es un oligoelemento esencial que potencia la acción de la insulina e influye en el metabolismo de los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Se ha sugerido que podría utilizarse como complemento para facilitar la pérdida de peso y para mejorar el control del azúcar en sangre de las personas con diabetes. Este artículo examina la información existente al respecto, además de ofrecer recomendaciones sobre su consumo.

Fuentes de cromo (Cr)
Cuando hablamos del cromo presente en los alimentos que es necesario para nuestro organismo, nos referimos al cromo trivalente (Cr3+ o Cr(III)). El cromo está presente en el aire, el agua, la tierra y en numerosos alimentos. Sin embargo, como en el caso de otros oligoelementos, la cantidad presente en los alimentos es reducida y varía en función de la exposición al cromo en el entorno y durante el proceso de fabricación. En general, la carne, el marisco, el pescado, los huevos, los cereales integrales, los frutos secos y algunas frutas y verduras son fuentes ricas en cromo.

  Tabla 1   Fuentes alimentarias de cromo

Alimento Contenido de cromo (µg/100 g)
Mejillón 128
Nuez de Brasil 100
Ostra 57
Dátil (seco) 29
Pera 27
Langostino 26
Harina integral 21
Tomate 20
Champiñón 17
Brócoli 16
Cebada (integral)
13
Avellana 12
Chuleta de cerdo 10
Maíz (integral) 9
Yema de huevo 6
Ternera 3
Arenque 2
Fuente 1
Función en el organismo
La importancia biológica del cromo se descubrió a finales de los años 50, cuando se comprobó que la levadura prevenía la disminución de la capacidad de mantener unos niveles normales de azúcar en sangre, relacionada con el envejecimiento, en ratas de laboratorio. El ingrediente activo se identificó como un compuesto orgánico de cromo que se denominó “Factor de tolerancia a la glucosa” o FTG2. La naturaleza exacta del FTG y el mecanismo mediante el cual potencia la acción de la insulina en el organismo aún no se conocen totalmente, pero podría promover la absorción celular de la insulina al facilitar su trasferencia a través de las membranas de las células.
Control del nivel de azúcar en sangre
En la diabetes tipo 2 aunque el páncreas produce una cantidad de insulina suficiente, las células de los músculos y otros tejidos son resistentes a su acción, lo que resulta en un control inadecuado de los niveles de azúcar en sangre. Diversos estudios han examinado los efectos de los suplementos de cromo en personas afectadas por diabetes tipo 2. Un meta-análisis reciente que integró los resultados de 41 estudios halló que los suplementos de cromo parecen mejorar el control del azúcar en sangre entre quienes padecen diabetes tipo 2. No obstante, sus autores advierten de la necesidad de realizar estudios clínicos bien diseñados que puedan confirmar este resultado3. Las personas sin diabetes no mostraron ninguna mejora en sus niveles de azúcar en sangre tras ingerir suplementos de cromo.
Pérdida de peso
Debido a la influencia del cromo en el metabolismo del azúcar y de las grasas, los investigadores han explorado su potencial para promover la pérdida de peso y mejorar la composición corporal (menos grasa y más músculo). Aunque inicialmente algunos estudios mostraron que los suplementos de cromo estaban relacionados con una mayor pérdida de peso y grasa en comparación con el placebo, estudios posteriores no han logrado replicar estos resultados. Recientemente, un estudio aleatorio doble ciego realizado con mujeres que consumían dietas similares (con niveles constantes de energía y nutrientes) con o sin suplementos de cromo, halló que estos no influían en la pérdida de peso o grasa en mayor medida que el placebo4.
Consumo seguro
Los estudios sobre la importancia del cromo son escasos. Sin embargo, diversas organizaciones relacionadas con la nutrición de Alemania, Austria y Suiza consideran que el consumo diario adecuado de cromo para adolescentes y adultos rondaría los 30-100 µg5. Esta cantidad está en línea con la cantidad recomendada por la UE, que es de 40 µg Cr3+ al día6. Los estudios muestran que las dietas medias europeas de la población adulta contienen de 60 µg (Alemania) a 160 µg (Suecia) de cromo al día5.
Aunque es poco probable consumir cantidades perjudiciales de cromo en la alimentación, el cromo puede añadirse al fabricar alimentos y los suplementos de esta sustancia son bastante populares. Por ello, existe una cierta preocupación sobre la posibilidad de que dosis excesivas de cromo tengan efectos negativos en el ADN y muchos piensan que deberíamos replantearnos su uso como suplemento nutricional y potenciador de la insulina7. Sin embargo, el Comité Científico Europeo de la Alimentación ha declarado: “En un número limitado de estudios humanos no se han obtenido pruebas sobre los efectos perjudiciales asociados con el consumo de suplementos de cromo con una dosis máxima de 1 mg de cromo
al día.
Una dieta equilibrada
Puesto que el cromo se encuentra en numerosos alimentos, la ingesta de una dieta equilibrada debería proporcionarnos la cantidad necesaria de cromo. Actualmente, no existen pruebas que avalen la necesidad de que la población general utilice suplementos de cromo.

Tabaquismo y aumento de peso

Tabaquismo y Aumento de Peso

Uno de los temores más habituales para quienes se plantean dejar de fumar es el de aumentar incontroladamente de peso. Si bien es cierto que algunas personas pueden llegar a engordar hasta 9 kg durante el primer año de abstinencia, otros estudios más esperanzadores han demostrado que el aumento de peso registrado en un primer momento alcanza el nivel máximo a los seis meses y que muchas personas recuperan su peso normal, dentro de los doce meses que siguen al abandono de este hábito.

Si se está planteando dejar de fumar, pero duda de su capacidad de llevar a cabo tal proeza, no se preocupe: los ex-fumadores que practican de forma habitual una actividad física tienen más posibilidades de controlar su peso que aquellos que llevan una vida sedentaria.

Una investigación sobre el aumento de peso registrado tras dejar de fumar, llevada a cabo en Estados Unidos entre un grupo de 9000 mujeres, demuestra que el aumento de la actividad física es un factor clave para controlar el peso durante los dos años que siguen al abandono del tabaco. Las fumadoras “moderadas” (hasta 24 cigarrillos al día) que empezaron a practicar entre 1 y 2 horas de deporte a la semana engordaron como media 2,2 kg mientras que las “grandes” fumadoras (a partir de 25 cigarrillos al día), engordaron al menos el doble.

En parte, la tendencia a almacenar grasa corporal se atribuye a la ralentización del metabolismo debido a la desaparición de la nicotina de la dieta, dado que ésta, al igual que la cafeína, tiene la capacidad de aumentar ligeramente la velocidad del metabolismo. El tabaco y la nicotina pueden tener otros efectos fisiológicos sobre el comportamiento y la percepción sensitiva que, a su vez, pueden afectar la ingestión de alimentos y provocar el aumento del apetito al desaparecer del organismo.

Si bien aún no se conocen las causas directas, sí se ha podido observar que el 70% de los aumentos de peso se deben a un incremento en la cantidad de calorías ingeridas. En un estudio en particular, se constató que las mujeres habían aumentado el consumo de alimentos y bebidas en cantidades en torno a 227 calorías más al día.

Para quienes estén pensando en dejar de fumar pero estén preocupados por el riesgo de aumentar de peso, la clave parece estar en atacar el problema desde las dos …variables de la ecuación del equilibrio energético.

Plan en cinco pasos

  1. Comience a practicar algún tipo de ejercicio físico de manera regular y dedique a ello más de dos horas semanales.
  2. Organice sus sesiones de entrenamiento de manera que incluyan 25 minutos de fortalecimiento muscular, con el fin de combatir la pérdida de masa muscular asociada a la edad y, por tanto, la pérdida de velocidad del metabolismo.
  3. Cinco días antes de dejar de fumar, empiece a anotar diariamente sus comidas.
  4. Siga anotándolas una vez que deje de fumar. Compárelas con sus notas de antes de dejar de fumar e identifique las horas a las que come más y los tipos de alimentos ingeridos.
  5. Aprenda a sobrellevar los momentos difíciles y tenga siempre a mano para picar fruta o algún tentempié de bajo contenido en grasas.

El estrés y la conducta alimentaria

El estrés y la conducta alimentaria

Imagínese que está preparándose para un importante discurso en público, ¿le da por lanzarse a la caja de las galletas o se le quita el hambre por completo? El estrés afecta a la conducta alimentaria de las personas de forma diferente. Siga leyendo para saber por qué.

Experimentamos estrés cuando ocurre algo en nuestro interior o a nuestro alrededor que altera nuestro equilibrio. Entonces utilizamos tácticas para combatir el agente estresante y regresar a nuestro estado normal. El estrés puede ser interno, como al preocuparse por algo o disgustarse, o externo, como el causado por un examen o determinadas situaciones sociales. Ya que el estrés forma parte de nuestra vida diaria, nuestro modo de alimentarnos bajo sus efectos puede afectar a nuestra alimentación y salud en general.

Pelear o escapar

Ante una amenaza, se desencadena automáticamente en el organismo una respuesta de “lucha o huída”. La descarga de adrenalina lleva sangre al cerebro, al corazón y a los músculos, lejos del sistema digestivo, para preparar nuestro cuerpo a escapar o pelear. Se cree que experimentamos este tipo de reacción incluso si la amenaza o agente estresante es psicológico o emocional, en lugar de físico. Este estado de alerta debería hacernos incapaces de comer e incluso provocarnos náuseas (1). Sin embargo, se ha descubierto que a algunas personas el estrés las incita a comer más (1). ¿Cómo se explica este fenómeno?

Las personas que están a régimen suelen comer más en situaciones de estrés

Hoy en día mucha gente está a dieta para adelgazar o “vigilar su peso”. Generalmente esto implica controlar el tipo y la cantidad de alimentos que se consumen. Estas personas además hacen caso omiso de las señales que les indican que tienen hambre para comer menos de lo que les gustaría. En otras palabras, restringen su alimentación. Las personas que comen en función de su apetito, no se imponen límites. Las investigaciones han demostrado en repetidas ocasiones que quienes limitan su alimentación tienden a comer más en respuesta al estrés, mientras que quienes no lo hacen suelen comer menos (2) y (3).

El estrés puede llevar a que quienes restringen su alimentación coman en exceso

El Dr. Paul Lattimore, experto en conducta alimentaria de la Universidad John Moores de Liverpool explica por qué las personas que están a régimen comen más en situaciones de estrés. “Estas personas dedican tanta energía a controlar sus señales biológicas que les quedan pocos recursos para enfrentarse a los problemas cotidianos. Por eso, cuando se estresan, pierden el control y si tienen comida a mano, la consumen. Además, están tan acostumbrados a no hacer caso a su cuerpo que ignoran o malinterpretan las señales relacionadas con la lucha o la huída”.

Estrategias para enfrentarse al estrés

En un estudio a gran escala realizado recientemente en Finlandia, se halló que el índice de masa corporal (relación entre el peso y la altura de las personas) es mayor en quienes comen en situaciones de estrés y que estas personas tienden a comer más alimentos como salchichas, hamburguesas, chocolate y pizza, si las comparamos con las demás personas (4). Al comer como respuesta al estrés, los intentos de controlar el peso de estas personas se ven abocados al fracaso; entonces, ¿qué solución se les puede ofrecer? El Dr. Lattimore, basándose en su experiencia en la prevención de la obesidad, ofrece algunos consejos. “En primer lugar, la persona debe saber qué tipo de situaciones la incitan a comer en exceso y a continuación debe idear formas alternativas de enfrentarse al estrés. Una solución ideal sería ir a dar un paseo, para cambiarnos las ideas y que además quema calorías.”

Resumen

Las personas que comen cuando tienen hambre y dejan de comer cuando están saciadas están en sintonía con las señales biológicas de su organismo. En situaciones de estrés, estas personas no sienten hambre. Aquellas personas que ignoran sus señales biológicas deben ser conscientes de los factores emocionales y psicológicos que les llevan a visitar la nevera y deben poner en práctica tácticas para evitarlo. La respuesta al estrés muestra la importancia de utilizar enfoques para el control del peso que reduzcan la restricción alimentaria y de privilegiar el consumo de fruta y verdura (bajo contenido en calorías y muy nutritivos). Además estos alimentos diluyen la carga calórica ingerida durante los atracones.

10 consejos saludables

10 consejos de una alimentación saludable

1. Coma alimentos variados

Necesitamos más de 40 nutrientes diferentes y ningún alimento por sí solo puede proporcionarlos todos. El suministro de alimentos que existe hoy en día facilita tomar una amplia variedad de alimentos, tanto comprando alimentos frescos para cocinar como comprando comidas preparadas o comida para llevar. ¡Elija los alimentos siempre de manera equilibrada! Si toma un almuerzo rico en grasa, tome una cena con poca grasa. Y si un día toma carne en la cena, intente escoger pescado al día siguiente.

2. Base su dieta en alimentos ricos en hidratos de carbono

La mayoría de la gente no toma suficientes alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan, la pasta, el arroz, las patatas y otros cereales. Más de la mitad de las calorías de su dieta deben venir de estos alimentos. Pruebe con el pan integral, la pasta y otros cereales para aumentar su ingesta de fibra.

3. Tome muchas frutas y verduras

La mayor parte de la gente no toma la suficiente cantidad de estos alimentos que proporcionan importantes nutrientes protectores. Intente comer al menos cinco raciones al día. Pruebe nuevas recetas o vea qué platos preparados están disponibles en el supermercado.

4. Mantenga un peso corporal saludable y siéntase bien

El peso adecuado depende de muchos factores tales como el sexo, la altura, la edad y la genética. El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades tales como los problemas cardiacos y el cáncer. El exceso de grasa aparece al ingerir más calorías de las que se necesitan. Estas calorías suplementarias pueden provenir de cualquier nutriente que contenga calorías (las proteínas, las grasas, los hidratos de carbono o el alcohol) pero la grasa es la fuente más concentrada de calorías. La actividad física es un buen método para quemar calorías y puede hacerle sentirse bien. El mensaje es simple: si está ganando peso, tiene que comer menos y ser más activo.

5. Coma raciones moderadas: reduzca, no elimine alimentos

Si ingiere las raciones adecuadas de cada alimento, es más fácil comer de todos los grupos de alimentos sin necesidad de eliminar ninguno. Por ejemplo, algunas raciones razonables son: 100g de carne, media pieza de fruta, media taza de pasta cruda o 50ml de helado. Las comidas preparadas pueden ofrecer un medio práctico para controlar las raciones y a menudo aparecen las calorías que contienen en el envase, lo cual ayuda a su recuento. Si come fuera, podría compartir parte de su comida con un amigo.

6. Coma regularmente

Saltarse las comidas, sobre todo el desayuno, puede conducir a una sensación de hambre descontrolada, causando a menudo una sobre ingesta. Realizar una media mañana o una merienda puede ayudar a contener el hambre, pero no coma demasiado para no sustituir las comidas principales. No olvide contar estas tomas como parte de su consumo total de calorías.

7. Beba muchos líquidos

¡Los adultos necesitamos beber por lo menos 1,5 litros de líquidos al día! Y necesitamos más cantidad si hace calor o si realizamos mucho deporte. El agua es obviamente una buena fuente de líquidos pero la variedad puede ser tanto agradable como saludable. Otras opciones son los zumos, los refrescos, el té, el café, la leche, etc.

8. Muévase

Como hemos visto, la ingesta de demasiadas calorías y no hacer suficiente ejercicio pueden dar lugar a un aumento de peso. La actividad física moderada ayuda a quemar las calorías que nos sobran. También es bueno para el corazón y para el sistema circulatorio, y para la salud en general y el bienestar. Así que haga de la actividad física una rutina diaria. ¡Use la escalera en vez del ascensor (tanto como para subir como para bajar)!. Dé un paseo en su descanso para comer. ¡No hace falta ser un atleta para moverse!

9. ¡Comience ahora! y realice los cambios gradualmente

Realizar los cambios de su estilo de vida gradualmente es mucho más fácil que hacerlos de repente. Durante tres días, anote los alimentos y bebidas que consume entre las comidas y en las comidas. ¿Toma muy pocas raciones de fruta y verdura? Para comenzar, trate de comer solamente una ración más de fruta y verdura al día. ¿Sus alimentos preferidos son ricos en grasa y le hacen ganar peso? No elimine estos alimentos y se sienta mal, en cambio intente escoger comidas bajas en grasas o comer menos cantidad de éstos. ¡Y comience a usar la escalera en el trabajo!

10. Recuerde: todo es cuestión de equilibrio

No hay alimentos “buenos” o “malos”, sólo dietas buenas o malas. No se sienta culpable de los alimentos que le gustan, simplemente tómelos con moderación y escoja otros alimentos que le proporcionen el equilibrio y la variedad que necesita para conseguir una buena salud.

10 Cosas por las que no bajas de peso

1. Comer porciones más grandes y con más frecuencia
Actualmente, sobre todo en las grandes cuidades, las personas comen muchas más veces fuera de casa.  “Además, las porciones ahora se duplicaron o triplicaron, lo que implica un exceso de calorías que hay que quemar”, explica la Dietista Alison Massey, del Centro de Endocrinología del Centro Médico Mercy. ¡Una bagel hace 20 años tenía 140 calorías y ahora tienen 320. Así que mucho ojo con las porciones. En México hay una equivocada idea de pensar que los buenos lugares para comer es en donde se sirven grandes porciones.
2. Demasiadas bebidas azucaradas

Una botella de 20 onzas de Coca Cola (casi 600 ml) tiene 240 calorías; un café Machiato de Starbucks, 230. Según la experta Alison Massey, “con reducir 500 calorías de nuestro consumo diario, podríamos perder casi medio kilo a la semana”.

3. Sobre-estimar las calorías que quemas en el gimnasio

Si no se hacen algunos cambios en la alimentación, el ejercicio –aunque es necesario para bajar de peso y mejorar la salud general- no es suficiente. “Algunas personas sobre-estiman la cantidad de calorías que queman cuando entrenan y no eliminan suficientes calorías de su dieta”, explica la dietista Alison Massey, del Centro Médico Mercy. Cuántas veces no pensamos que merecemos comer una dona luego de hacer ejercicio, error.

4. Subestimar las calorías que consumes

Es un problema bastante común entre las personas que están luchando la batalla del sobrepeso: distorsionar las porciones. “Algunos estudios sugieren que no se toman en cuenta las calorías cuando las porciones son grandes”, comentó la dietista del Centro Médico Mercy. También se nos olvida contar las probaditas que damos a lo largo del día.

5. Cada vez estamos más estresados

Definitivamente las prisas y el estres no nos ayudan a bajar de peso. “Cuando estamos estresados nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona que aumenta el apetito y nos lleva a comer de más”, declaró la nutricionista Jenny Patrizia, que aparece cada mes en Despierta América, de Univisión. Aprender a relajarte será siempre un buen aliado.

6. Elegir el menú con el bolsillo

Un estudio de la Universidad de Carolina del norte en Chapel Hill halló que la gente come comida “chatarra” debido a su precio. Si los combos aumentan de valor, entonces el consumo disminuye. Un ejemplo es lo que ocurrió con la pizza. En los últimos 20 años su precio aumentó un 10 por ciento y su consumo disminuyó un 12 por ciento. Cambiar la comida chatarra por algo saludable puede tener el mismo costo y traer grandes beneficios. Fruta en lugar de frituras, ensaladas en lugar de tacos, un helado de yogur en lugar de unos pastelitos, etcétera.

7. Consumo exagerado de azúcar

Está en todos lados, galletas,  helados, jugos, dulces…y contribuye no sólo a que aumente la obesidad sino también predispone a una gran cantidad de problemas de salud como alta presión arterial, enfermedades cardíacas, diabetes y depresión. “Imagina 150 sacos de azúcar apilados en tu garaje. ¡Esto es lo que consume una persona promedio cada año!”, ilustra el Dr. Fabrizio Mancini, autor de “El poder de la autocuración”. Evitar el consumo de azúcar y harinas refinadas, así como el alcohol, ayudarán con la meta de perder los kilos que te sobran.

8. Tener una actitud pesimista frente a la dieta

¿Si eres optimista, sentirás que puedes tomar el control de tu vida e influir mejor en tu salud”, dijo el Dr. Fabrizio Mancini. “Un optimista después de ir al médico dice: el doctor tiene razón. He comido mucha comida chatarra, necesito comer más frutas y vegetales y cortar con tantas calorías. Voy a empezar a ir al gimnasio al menos tres veces por semana. Un pesimista, en cambio, se sentirá desprotegido, por lo que nunca tomará decisiones saludables”. Según el Dr. Mancini, los pesimistas siempre tienen profecías negativas auto-cumplidas.

9.Dedicarle poco tiempo a las comidas

Si pasas muchas horas sin alimentarte, la siguiente vez que comas lo harás con muchísima hambre y seguro te darás un atracón. Además, tal como explica la Dra. Jessica Bartfield, especialista en pérdida de peso del Hospital Loyola Gottlieb Memorial, “el cuerpo necesita un flujo constante de glucosa durante el día para mantener el nivel de energía y prevenir que el metabolismo se haga más lento”.

10. No dormir lo suficiente

En artículos anteriores hemos hablado de ello, dormir poco o mal influye en el sobrepeso. “Diversos estudios han demostrado que las personas que duermen menos de seis horas tienen niveles elevados de Ghrelin, una hormona que estimula el apetito, especialmente de alimentos altos en carbohidratos o calorías”, describe la Dra. Jessica Bartfield.

¿A más amigas menos peso?

Expandir tu círculo de amistades pordría reducir tu cintura.

En un experimento cuando a los ratones se les trasladó de un ambiente en el que tenian pocos compañeros a uno en el que compartían el espacio con otros 15 o 20 roedores, redujeron 50% de su grasa abdominal a las cuatros semanas, reporta la revista científica Cell Metabolism, de alguna manera, el nuevo ambiente, más estimulante, hizo que la grasa blanca de la que estan hechas las lonjas se convirtiera en grasa café, la variedad que quema calorías (los humanos tambien tienen de los dos tipos). Se requieren de más estudios para determinar la razón por la que esto sucede, pero incrementar la intensidad de tu vida social podría ser redituable a la hora de subirte a la báscula.

Baja de peso y respira mejor

Un nuevo estudio publicado por la revista de divlgación científica Chest encontró que el 36% de los individuos con sobrepeso qe fueron diagnosticados con asma y tomaron medicamentso para controlarlo en realidad no sufrian de la enfermedad.  ¿a que se debe? El exceso de peso puede reducir el volumen pulmonar, lo que causa falta de aliento y jadeo, sintomas similares a los del asma. esto lo explica el autor del estudio, el médico Stephen Scott. Si se te dificulta respirar, visita a n plmonólogo: el médico decidirá si es necesario aplicar una prueba de función pulmonar, qe provee de un diagnostico mucho más preciso que una simple lectura de tus síntomas.