Ejercicio para la tercera edad

El hecho de realizar ejercicios es algo beneficioso en cualquier etapa de la vida. En personas de la tercera edad, se ha visto que reduce la fatiga, eleva la sensación de bienestar, reduce síntomas de depresión, disminuye el riesgo de caídas, fortalece los huesos, disminuye la presión arterial y el riesgo de tener osteoporosis, las cuales son las razones fundamentales para enfatizar el hacer actividad física en este grupo.

Según los últimos lineamientos publicados por el Departamento de Servicios de Salud de Estados Unidos, la actividad física es esencial para un envejecimiento saludable. Sin embargo, las personas mayores de 65 años de edad son quienes menor actividad física realizan.

Los lineamientos para este grupo de edad se centran en realizar tanto ejercicios de tipo aeróbico como ejercicios para fortalecer los músculos. Es necesario tomar en cuenta que si un adulto mayor no se encuentra actualmente realizando actividad física, debe iniciarla de manera gradual para poder llegar a las metas establecidas.

Debido a que los adultos mayores son muy propensos a lesiones, inicialmente se les recomienda evitar las actividades aeróbicas intensas y más bien incrementar gradualmente el número de días a la semana que hacen actividad física y la duración de la actividad.  Inicialmente, deben  comenzar con un máximo de 10 minutos de actividad física de baja intensidad, como por ejemplo caminar .

Los lineamientos planteados por el Departamento de Servicios de Salud de Estados Unidos indican que los adultos mayores que no se encuentran físicamente activos deben enfocarse en realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, junto con actividades que fortalezcan sus músculos 2 a 3 veces a la semana, de manera no consecutiva (es decir, en días alternos). Estos últimos son importantes, ya que al tener fuertes los músculos de las piernas y caderas, es menos probable que ocurra una caída.

La reducción de las caídas es una de las situaciones más recalcadas con el ejercicio, ya que este grupo de población es muy susceptible a padecer de osteoporosis, y una caída puede provocar una lesión que tarde mucho tiempo en sanar.  Es por esto que también se recomienda realizar actividades que fortalezcan el equilibrio tres veces o más por semana.  Dentro de las actividades a realizar están: caminar en reversa, caminar con los talones o las puntas de los pies, levantarse de las sillas sin apoyo de las manos o brazos y, de vez en cuando, caminar en línea recta con un pie delante del otro.

Si las personas mayores no pueden realizar al menos 150 minutos de ejercicio a la semana debido a una condición crónica, deben estar físicamente activos según lo permita su habilidad y condición, de una manera segura.

Se debe tener en cuenta que el ejercicio no debe causar dolor ni dejar a la persona muy cansada.  Es aceptable sentir un poco de molestia, incomodidad o fatiga, teniendo en mente que esta sensación irá disminuyendo mientras más se realice la actividad física. Debe recordarse también finalizar el ejercicio realizado con una rutina de estiramiento, para hacer el enfriamiento.

Causas y efectos de la malnutrición en la tercera edad

Una buena nutrición es esencial para la salud, sin embargo, muchos adultos mayores no comen bien.

 

Las personas de la tercera edad tienen mayor probabilidad que los jóvenes y adultos de tener una nutrición inadecuada y son más susceptibles a padecer numerosos problemas de salud relacionados con la alimentación.

 

Con el tiempo, la desnutrición en los adultos mayores puede conducir a varios problemas como: fatiga, aumentar el riesgo digestivo, de pulmón y problemas del corazón, dar lugar a un recuento bajo de glóbulos rojos (anemia), debilidad muscular , conducir a caídas y fracturas, causar coágulos de sangre, llagas en la cama y depresión, entre otros.

 

Las personas de la tercera edad malnutridas, están en mayor riesgo de muerte, pues su sistema inmunitario se va debilitando y aumenta su riesgo de contraer enfermedades como neumonía y otras infecciones graves.

 

Una buena nutrición es especialmente importante para las personas mayores que tienen demencia, pues son vulnerables a complicaciones post-intervención y otros problemas relacionados con la mala nutrición.

 

A primera vista, las causas de la malnutrición en la tercera edad parecen sencillas: escasa alimentación, una dieta carente de nutrientes, mala absorción o mala digestión u otros problemas relacionados con el envejecimiento. No obstante, las causas de la malnutrición suelen ser más complejas.

 

Los adultos mayores, incluso aquellos que son enérgicos y autosuficientes, a menudo no cocinan por sí mismos y su típica cena puede consistir solamente en un puñado de palomitas de maíz o una taza de té. Muchas veces la compra y preparación de alimentos se les dificulta a estas personas, lo que refuerza la tendencia a subsistir con alimentos fáciles de preparar pero carentes de nutrientes, tales como pan tostado, cereal frío o galletas de soda.

 

Una dieta pobre en nutrientes, realizada durante un largo tiempo, acelera la pérdida de masa muscular y disminuye la fuerza. Finalmente, la falta crónica de alimentos conduce a un aumento de la fragilidad, la dependencia y la enfermedad, que a su vez pueden desencadenar depresión y una importante pérdida del apetito.

 

Identificar los problemas dietéticos tan pronto como sea posible y tomar medidas para que el adulto mayor coma bien, puede hacer una gran diferencia más adelante.

 

Conocer las causas y signos de peligro de los problemas de nutrición, así como la adopción de medidas para garantizar al organismo los nutrientes necesarios, es fundamental en el mantenimiento de la salud y la fuerza de los adultos mayores.

Anorexia en la tercera edad (I)

El anciano debe comer de todo un poco, su dieta debe ser variada y no debe prescindir de ningún alimento siempre y cuando lo tome con moderación

Generalmente la persona mayor ya no trabaja, disminuye su actividad física, se siente sola, tiene problemas de salud, tiende a un estado depresivo por falta de ilusión. En ocasiones su situación económica es desfavorable. Con la edad, aunque existen excepciones, la persona pierde el interés culinario entre otras cosas. Los profesionales de la salud deben educar a las personas mayores para que no pierdan el hábito de comer bien para envejecer con buena salud.

Trucos y consejos en la cocina para aumentar el valor nutricional y hacer más apetecibles los alimentos:

1. La carne y el pescado producen en muchas ocasiones inapetencia en las personas mayores, estos dos alimentos pueden tomarse en forma de croquetas, en la sopa, en estofados y guisados suaves que faciliten y hagan más agradable su masticación.

2. Los cereales y las legumbres mezcladas (lentejas con arroz, pasta con habas) mejoran el valor biológico de las proteínas de estos alimentos por separado.

3. Las legumbres secas pueden provocar gases que se evitarán preparándolas en forma de puré.

4. Los zumos, muy fáciles de tomar, pueden sustituir a la fruta en alguna de las raciones diarias (100 ml de zumo equivalen a una pieza de fruta). La diferencia principal es el bajo contenido de fibra del zumo.

5. El azúcar, la miel y la mermelada en grandes cantidades son irritantes de las mucosas.

Anorexia en la tercera edad (II)

Más trucos y consejos para aumentar el valor nutricional y hacer más apetecibles los alimentos:

6. Algunos estudios defienden que los alimentos probióticos (con microorganismos vivos), como el yogur o la leche fermentada, tomados con regularidad contribuyen a mejorar la respuesta inmunitaria y evitar infecciones.

7. Para aumentar el valor nutricional del yogur puede añadirse leche en polvo, fruta, frutos secos, mermelada, entre otros.

8. Para evitar la monotonía se recomienda alternar al máximo los alimentos y también las maneras de cocinar: hervido, plancha, horno, etc.

9. Si los alimentos se condimentan durante su preparación, se obtienen comidas más gustosas.

10. En las dietas sin sal, puede sustituirse por plantas aromáticas y condimentos como la nuez moscada o la pimienta.

11. La carne picada es un alimento de alto riesgo, debe consumirse en las siguientes 24 horas después de ser picada.

12. Extremar la limpieza de las ensaladas.

13. Los alimentos deben prepararse el día que se consumen. Si no es así deben conservarse tapados en la nevera y calentarlos posteriormente a temperaturas superiores a los 65ºC antes de consumirlos.

14. Los productos congelados una vez descongelados deben considerarse como frescos y consumirse lo antes posible.

15. En la tercera edad los purés están muy recomendados. No deben guardarse los restos porque los medios líquidos y semilíquidos son muy sensibles a la proliferación bacteriana.