Jugos desintoxicantes

El hígado, glándula que pesa alrededor de un kilo   y medio, es el principal órgano depurador del cuerpo, al eliminar toxinas y   otras sustancias que el cuerpo no necesita y que sólo lo dañan.

Igualmente, el riñón y el intestino grueso constituyen órganos depurativos, ya que actúan como una especie de filtro, eliminando distintos desechos y hasta bacterias.
Sin embargo, en ocasiones, debido a una deficiente alimentación, a medicamentos y otras sustancias que se consumen, el funcionamiento de estos órganos se hace más lento.
Cuando esto sucede, usualmente la persona sufre de alergia, fatiga crónica, acné, dolores de cabeza, resfriados frecuentes, indigestión, estreñimiento, exceso de gas intestinal y pesadez de estómago, insomnio, problemas con las uñas y el cabello, etc. De allí, que la depuración del organismo sea esencial para la salud.
Existen algunos jugos curativos que ayudan no sólo a desintoxicar sino también activar el sistema de defensas aumentando la protección del cuerpo ante las agresiones de los microorganismos que, cuando se acumulan, comienzan a causar enfermedades. A continuación algunos de estos jugos:
Jugos curativos
Jugo curativo para desintoxicar el organismo #1
Mantener limpio el organismo y evita la acumulación de toxinas que pueden provocar el aumento de peso.
Ingredientes
8 zanahorias
1 betabel
1 tallo de apio
Lavar, pelar y picar las zanahorias y el betabel. Lavar y picar el tallo de apio. Colocar todos los ingredientes en el extractor. Servir y tomar de inmediato. Beber 1 vaso después de la comida, una vez por semana.
Jugo curativo para desintoxicar el organismo #2
Ingredientes
1 cucharada de miel de abeja
3 tallos de apio
1 vaso de agua
Lavar y picar los tallos de apio. Colocar en la batidora y agregar la miel de abeja. Batir por unos instantes. Colar y tomar un vaso de este jugo durante una semana.

 

Los beneficios del ejercicio físico durante el embarazo

Hacer ejercicio durante el embarazo tiene resultados maravillosos para tu salud. Mejora tu estado de ánimo, te ayuda a dormir mejor y disminuye los dolores y molestias típicos del embarazo. También te «entrena» para el parto, fortaleciendo los músculos y mejorando la resistencia, y hace que recuperes más rápidamente la forma después del nacimiento de tu pequeño.
La actividad física ideal es la que ejercita el corazón, mantiene el cuerpo flexible, controla el aumento de peso y prepara la musculatura sin que esto represente un esfuerzo exagerado, ni para ti ni para el bebé.
Las actividades que sugerimos a continuación suelen ser seguras para las embarazadas, aunque algunas no las puedas hacer durante los últimos meses de embarazo. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con tu doctor antes de empezar un programa de ejercicios físicos. También es importante conocer las 13 reglas para hacer ejercicio con seguridad durante el embarazo.
Ejercicios cardiovasculares
• Caminar: Es una de las mejores actividades cardiovasculares para las mujeres embarazadas, y te mantiene en forma sin castigar las rodillas y tobillos. Otra ventaja es que se puede hacer en cualquier lugar, no requiere ningún equipo especial aparte de un buen par de zapatos, y es una forma de ejercicio segura durante los nueve meses de espera.
• Nadar: Los médicos y entrenadores físicos consideran la natación el mejor ejercicio para las embarazadas y también el más seguro. La natación es ideal porque trabaja los músculos de las piernas y brazos, ofrece beneficios cardiovasculares, y permite que la embarazada se sienta ligera en el agua a pesar de su aumento de peso.
• Ejercicios aeróbicos de bajo impacto: Una de las ventajas de inscribirte en una clase de ejercicio aeróbico es que te dedicarás al ejercicio en un horario específico y consistente. Además, si te inscribes en una clase especial para embarazadas disfrutarás la compañía de otras mujeres encinta, y tendrás la seguridad de que todos los movimientos son sanos para ti y para tu bebé.
• Bailar: Puedes hacer ejercicio beneficioso para el corazón bailando al ritmo de tu música favorita en tu propia sala, siguiendo la coreografía de un DVD o inscribiéndote en una clase de baile. Lo único que debes evitar son los saltos y las piruetas.
Ejercicios de flexibilidad y fuerza
• Yoga: Los ejercicios de yoga pueden ayudarte a fortalecer los músculos y mantenerte flexible, con la ventaja de que no ejercen nada o casi nada de impacto sobre las articulaciones. Sin embargo, si quieres trabajar también el corazón, tendrás que añadirle dos o tres días de caminatas o natación a tu programa semanal de ejercicios de yoga.
• Estiramiento: El estiramiento es fantástico para mantener la elasticidad, relajar los músculos y prevenir lesiones. La mejor forma de acabar tu actividad cardiovascular es realizando algunos ejercicios de estiramiento.
• Ejercicios con pesas: Si antes de quedar encinta ya hacías ejercicios con pesas no hay razón para dejar de hacerlo, aunque a la mayoría de las mujeres se les aconseja que levanten menos peso (para compensarlo, puedes aumentar las repeticiones y seguir obteniendo buenos resultados). Si tomas las precauciones necesarias y cuidas la técnica, haciendo movimientos lentos y controlados, los ejercicios con pesas serán una manera excelente de tonificar y fortalecer los músculo

 

Recupera tu figura después del parto

México. Recuperar la figura después de haber dado a luz es todo un desafío para la mayoría de las mujeres. De hecho, antes de embarazarse existe temor por los kilos extras que se subirán y por lo flácida que quedará la piel, y si a eso le sumamos las temidas estrías, tenemos un panorama nada alentador. Pero no te desanimes porque con un buen plan de acción es posible recuperar, incluso mejorar, tu silueta.
La doctora cubana especialista en obesidad, Yaisy Picrin, señala que para prevenir el sobrepeso, es posible mantener un plan de alimentación saludable desde el inicio del embarazo: «Incluso durante la lactancia, se puede seguir un régimen de alimentación, eso va a depender de la paciente. Si ella no está haciendo dieta y quiere recuperar el peso rápido después del parto, inmediatamente después de dar a luz puede empezar una dieta especial recomendada, de acuerdo a sus necesidades, por un especialista».
Con esto nos queda claro que no debes esperar hasta que se termine la lactancia para ponerte en forma porque según nos explica la doctora, no habría contraindicaciones ni riesgos para el bebé. Aunque hace la salvedad que lo único que no puede restringir la madre son los líquidos o la cantidad de agua que consume, ya que es vital para la formación de la leche.
«La lactancia normalmente estimula el metabolismo, haciéndolo más activo. Por tanto, existe mayor facilidad de perder peso, y si la paciente además hace alguna dieta adecuada, este proceso de baja de peso va a ser aún más rápido. Por otra parte, si hace algunas transgresiones en su alimentación, como el metabolismo está más alto, no va a ganar una cantidad de peso igual a lo que ocurriría si no estuviera dando de amamantar», asegura la doctora Picrin.
Los secretos de una buena dieta
En el momento que te decidas a iniciar un plan alimenticio para recuperar el cuerpo perdido, deberás tener en cuenta qué alimentos son los que te conviene ingerir porque los especialistas piden evitar las dietas restrictivas, ya que después de unos días vuelves a comer de todo y con mayor intensidad.
Es por esa razón que la doctora cubana recomienda determinados alimentos: «Generalmente las dietas posparto se basan en proteínas y fibras. Estas dietas ayudan a perder el exceso de líquido que se acumuló durante el embarazo y movilizan también las grasas extras que se depositaron en ese periodo. Se trata de proteínas de tipo animal (carnes blancas y rojas) y de tipo vegetal (lentejas y carnes de soya, entre otros). En materia de fibras, nos referimos a las obtenidas de los vegetales y algunos productos integrales

 
 

Loncheras saludables para niños

Para preparar una lonchera se recomienda tener a mano:

  • Galletas sin relleno y barritas bajas en      grasa, ambas fuente de fibra
  • Atún en agua enlatado, embutidos y quesos      bajos en grasa
  • Frutas y vegetales frescos, frutas secas
  • Panes integrales, pitas, tortillas de maíz,      tortilla para wraps, muffins
  • Grasas buenas: mantequilla de maní, mayonesa      light, aderzos y dips livianos
  • Refrescos bajos en azúcar, bebidas sin      calorías, lácteos descremados, agua

Busque productos bajos en:

  1. Sodio (sal): Un producto debe tener menos de 140 mg      de sodio por 100 gramos de alimento. Evite alimentos salados, ahumados, de      paquete, y disminuya la sal de la cocina. Los alimentos enlatados se      pueden pasar por el chorro de agua para disminuir el contenido de sal.
  2. Grasas: busque productos libre de grasas trans      (menos 0.5 gramos por porción) y bajos en grasa saturada (menos 0.5 gramos      por porción). Los productos no deberían tener más de 5 gramos de grasa      total por porción.
  3. Azúcar: prefiera productos con menos de 10 gramos      azúcar por porción. Bajo en azúcar es menos de 5gramos por porción. Busque      alimentos fuente de fibra (más de 2 gramos por porción).

Lonchera #1
1 paquete de galletas de soda
½ taza de atún en agua arreglado con ½ cda mayonesa liviana
1 manzana pequeña
Néctar de melocotón liviano (200 ml)
Valor nutritivo: 327.5 calorías, 5.2 g grasa, 2.5 g fibra
Lonchera #2
2 tortillas de maíz con
2 rollitos de jamón de pavo bajos en grasa
1 taza de fresas y kiwi
Yogurt líquido descremado
Valor nutritivo: 265 calorías, 2 g grasa, 6 g fibra
Lonchera #3
1 paquete de galletas integrales
1 palito de queso semi-descremado (cheese string)
1 cajita de pasas
Jugo de manzana sin azúcar (250 ml)
Valor nutritivo: 307 calorías, 6.5 g grasa, 2.5 g fibra
Lonchera #4
1 barrita de cereal baja en grasa
1 banano pequeño
Yogurt de frutas descremado
Te frío sin azúcar
Valor nutritivo: 252 calorías, 0.5 g grasa, 2.1 g fibra
Lonchera #5
1 paquete de galletas sin relleno
1 sándwich en pan liviano con jamón de pavo y queso amarillo bajos en grasa + lechuga y tomate
Néctar de pera liviano (200 ml)
Valor nutritivo: 287 calorías, 5 g grasa, 2.3g fibra
Lonchera #6
12 pretzels
½ taza cuadritos de piña con ½ taza yogurt liviano saborizado como dip
Jugo de uva sin azúcar (200 ml)
Valor nutritivo: 250 calorías, 1.1 g grasa, 1.8 g fibra
Lonchera #7
1 galleta de avena baja en grasa
10 uvas pequeñas
Zanahoria en palitos
1 cajita de leche descremada
Valor nutritivo: 266 calorías, 5.3 g grasa, 3.1 g fibra
Lonchera #8
½ pita integral con 1 tajada de queso blanco y tomate
Pudding de chocolate libre de grasa
1 mandarina
Botella de agua
Valor nutritivo: 285 calorías, 3.5 g grasa, 2 g fibra
Lonchera #9
3 tazas de palomitas reducidas en grasa reventadas
1 naranja en gajitos
Leche saborizada semi-descremada
Gelatina sin azúcar
Valor nutritivo: 321 calorías, 7.5 g grasa, 4,6 g fibra
Lonchera #10
10 papitas de maíz horneadas
1/3 taza de frijoles molidos
1 taza de sandía en trozos
Jugo de naranja diluido en agua (250 ml)
Valor nutritivo: 290 calorías, 5.3 g grasa, 5.4 g fibra

 

Mini pasteles de calabacita y frambuesa para niños

Ingredientes
Porciones: 24
•             2 1/2 tazas de harina
•             1/4 taza de cocoa
•             1 1/2 cucharaditas de bicarbonato
•             3/4 taza de mantequilla, suavizada
•             1 taza de azúcar blanca
•             2 huevos
•             1 cucharadita de extracto de vainilla
•             1/2 taza de jocoque
•             2 tazas de calabacitas ralladas
•             1 1/4 tazas de frambuesas
•             1 taza de chispas de chocolate
Modo de preparación
Preparación: 15 mins | Tiempo de cocción: 20 mins
Precalienta el horno a 175° centígrados (350° F). Engrasa 24 moldecitos para muffin o utiliza capacillos de papel.
Mezcla la harina, cocoa y bicarbonato. Reserva.
En un tazón grande, bate la mantequilla y el azúcar con una batidora eléctrica hasta que tome un color pálido y una consistencia esponjosa. Agrega los huevos, uno por uno, dejando que cada huevo se incorpore perfectamente a la mezcla antes de agregar el siguiente. Añade la vainilla con el último huevo. Vierte dentro del tazón la mezcla de harina, alternando con el jocoque, y mezcla sólo hasta incorporar.
Envuelve las calabacitas, frambuesas y chocolate, mezclando con una espátula sólo lo suficiente para incorporar uniformemente. Pasa la masa a los moldecitos, llenándolos a cucharadas hasta tres cuartas partes de su capacidad.
Hornea hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio, alrededor de 20 minutos. Enfría dentro del molde durante 10 minutos

 

Barritas de cereales para niños

Ingredientes para las barritas energéticas de cereales:

  • 90 gr. de mantequilla, cortada en dados
  • 90 gr. de miel
  • 100 gr. de azúcar moreno
  • 225 gr. de copos de avena
  • 60 gr. de nueces picadas
  • 60 gr. de uvas pasas
  • 3 cucharadas de semillas de girasol
  • 2 cucharadas de almendras
  • 2 cucharadas de coco rallado
  • Un poco de canela
  • Una pizca de sal
  • Chocolate para fundir

Elaboración de las barritas energéticas de cereales:
En una olla, ponemos la mantequilla, la miel y el azúcar y llevamos a ebullición, a fuego suave, sin dejar de remover, hasta que el azúcar se disuelva.
Retiramos del fuego y añadimos los copos de avena, las nueces, las uvas pasas, las semillas de girasol, las almendras, coco rallado, la canela y la sal.
Cubrimos una fuente para horno con papel vegetal y vertemos la preparación obtenida.
Horneamos durante 20-30 minutos a 190ºC, hasta que se dore.
Dejamos enfriar y cortamos en barritas.
Finalmente, derretimos chocolate en el microondas o al baño maría y sumergimos las barritas hasta la mitad. Dejamos secar sobre papel vegetal.

Una merienda perfecta para niños

Para los niños es fundamental realizar 5 comidas al día, incluyendo una buena merienda por la tarde. Esta comida resulta fundamental en el crecimiento y desarrollo adecuado de los pequeños. Es muy importante saber qué alimentos son los más adecuados, evitando la bollería industrial y apostando por la fruta, la leche y los bocatas de toda la vida. Descubre las claves para una correcta y sana merienda.
A medida que nos hacemos mayores, se va perdiendo la costumbre de merendar y almorzar a mediodía, reduciendo las comidas a tres, a pesar de que todos los nutricionistas recomiendan cinco tomas de comida diaria. Pero cuando tenemos hijos, es fundamental recordar cuánto disfrutábamos de las meriendas de pequeños, y lo bien que nos sentaban después de una agotadora tarde jugando y corriendo con los amigos o simplemente tras un día de colegio.
Además, la merienda resulta fundamental en la alimentación de los niños. Éstos tienen estómagos pequeños y grandes necesidades de energía, lo que significa que necesitan comer cantidades más pequeñas de comidas y con mayor frecuencia que los adultos. Repartiendo la comida, garantizas la asimilación de los nutrientes y el adecuado desarrollo del organismo de tu hijo a nivel físico y psíquico. Es curioso que hasta los niños que comen mal, a la hora de la merienda suelen tener hambre, por tanto, hay que aprovechar estos momentos ofreciéndole una buena alimentación.
Para los expertos en nutrición, la comida del mediodía y la cena no deben suponer más del 60% del aporte energético y el 40% restante tiene que proceder de las otras tres ingestas. En este sentido, la merienda deberá representar el 15% del aporte energético total diario.
La merienda ideal

¿Cómo es una merienda perfecta? Según los expertos en nutrición, lo más importante es que sea variada, que no demos de merendar todos los días lo mismo a nuestros hijos, aunque a veces cueste organizarse para elaborar una merienda sana y diferente cada día. Proporcionar a los niños alimentos genuinos y nutritivos es algo fundamental, pero en ocasiones las prisas son malas compañeras y se les proporciona cualquier cosa, generalmente algo que podamos tener en la despensa como es un bollo relleno de chocolate. Por lo tanto:
– Debe incluir alimentos ricos en nutrientes.
– Debe moderarse el consumo de alimentos excesivamente calóricos o ricos en grasas saturadas y azúcares refinados que pueden resultar perjudiciales si se toman en exceso, ocasionando sobrepeso, obesidad, así como otras patologías.
– Esta ingesta a media tarde puede ser una buena oportunidad de completar las raciones diarias recomendadas de frutas, cereales y lácteos.
– Una opción saludable puede ser un combinado de alimentos representativos de estos tres grupos, por ejemplo, un vaso de leche acompañado de una fruta o cereales, pan con chocolate y una fruta.
– Los frutos secos –nueces, almendras, avellanas…– son extraordinarios, siempre que no se coman en exceso porque son muy calóricos, pero también muy nutritivos.
– El yogur o un zumo de naranjas no deberían faltar nunca. El primero porque aporta proteínas de calidad y calcio necesario para desarrollar el esqueleto; y el zumo, porque es una fuente de vitaminas, sobre todo la C, conveniente para prevenir resfriados.
– También es recomendable alternar el zumo con un vaso de leche, que aporta las mejores proteínas, grasa, y el indispensable calcio.
– Es conveniente evitar en lo posible la bollería industrial.
– No obstante, hay que tener en cuenta que no toda la bollería es perjudicial y que cualquier bollo se puede tomar de vez en cuando. Lo más importante es controlar el tipo de grasa que presenta el producto, las grasas vegetales hidrogenadas son peores que las que están elaboradas con aceite de maíz o semillas, y la cantidad de calorías que aporta.

Reglas para una buena merienda

 
No debe interferir negativamente en el proceso de digestión de la comida del mediodía. Para ello debe estar lo suficientemente alejada de la misma y no tomarse demasiado tarde para impedir la cena. Lo más recomendable es que pasen unas tres horas entre la comida y la merienda y entre ésta y la cena. Por ejemplo, si se come a las 14 horas, merendar a las 17 y cenar a las 20 horas.
 
Hay que cuidar no sólo el tipo de alimentos a incluir, a los que ya se ha hecho mención, sino la ración de los mismos. Las cantidades a ingerir no deben ser desorbitadas para evitar el exceso de calorías o anular el hambre para la cena. No obstante, las cantidades a ingerir dependerán de las necesidades intrínsecas de la persona y de la actividad desempeñada.
Algunas ideas para la merienda
Lunes: Bocadillo de quesitos y una manzana
Martes: Sándwich de jamón y queso, una mandarina y un yogur
Miércoles: Bocadillo de chocolate con un plátano y un vaso de leche
Jueves: Bol de cereales con frutos secos y un yogur natural
Viernes: Sándwich de pavo con yogur bebido y una pera

 
 
 

Receta de dulces de gelatina para niños

Si bien existen varios factores que pueden influir para que un niño tenga sobrepeso, uno de los más importantes es la gran oferta de alimentos “chatarras” a los que se encuentran expuestos. Por ello, es necesario implementar trucos para preparar alimentos que les gusten, como dulces o chucherías pero bajas calorías. Una forma de hacerlo es a través de la gelatina.
La gelatina es un alimento con pocas calorías, constituido principalmente por proteínas, casi no contiene hidratos de carbono y tiene 0% de grasas.
Con la gelatina puedes preparar infinidad de comidas, dentro de las cuales se pueden mencionar postres, patés y hasta chucherías. Si leíste bien dulces, ideales para niños con sobrepeso.
¿Cómo preparar chucherías de gelatina bajas calorías?

  • Muy fácil, incluso puedes invitar a tus niños a que te ayuden a prepararlas.
  • Calorías por el total de la preparación: 13.20
  • Dificultad: Fácil.
  • Tiempo de preparación: 1 hora.

Receta de dulces de gelatina para niños con sobrepeso

  • Ingredientes
    • 85 grs de gelatina dietética del sabor que prefieras.
    • 25 grs de gelatina dietética sin sabor.
    • Moldes de acetato (se utilizan para hacer chocolate o huevos de pascua).
  • Preparación
    • Preparar ambas gelatinas en un mismo recipiente.
    • Rellenar los moldes de a uno.
    • Llevar al refrigerador hasta que estén firmes.
    • Si lo deseas una vez desmoldados puedes espolvorearlos con edulcorante en polvo.

Las chucherías de gelatina bajas calorías son una alternativa dulce diferente para niños y no tan niños, que tengan sobrepeso.

9 formas de estar más saludables

No se trata de aplicarlas todas al mismo tiempo, pero sí de empezar ya.

Buscar una buena salud es mucho más fácil de lo que parece. Es la suma de pequeños esfuerzos, de algunos cambios en el estilo de vida, de mirar con otros ojos hábitos que parecen inalcanzables. No se trata de amanecer un día convencido de aplicar todos los consejos de un golpe. Quizá sea más efectivo empezar por los más urgentes, o por los que más nos agradan y luego, ejercitar la voluntad.
1.- Calcula tu edad real ¿Sabes cuántos años tiene tu cuerpo? El sitio de internet realage.com ofrece un test para calcular la edad real de una persona, es decir, la edad biológica que verdaderamente tiene nuestro cuerpo (basada en el uso y cuidado que le hemos dado) y no la que dice el acta de nacimiento. Hoy es un buen día para empezar a ser más joven.

2.- Respira aire puro  Más de la mitad de las personas que fuman actualmente (unos 650 millones) morirán eventualmente a causa del tabaco. Dejar de fumar es uno de los logros más grandes que puedes aquilatar en el terreno de la salud. Sin embargo, sólo un 2% de los adictos puede dejarlo sin ayuda. La cifra sube a 80 si se recibe ayuda integral (por ejemplo, en una clínica de adicciones). Dejarlo brinda una sensación de libertad que no se compara con nada.
3.- Quítate un par de años  Comiendo frutas, verduras y cereales. Ingerir entre 25 y 40 gramos de ?bra diarios es sencillo y tiene enormes repercusiones en tu salud (actual y futura): funciona como una protección contra la diabetes, el estreñimiento, regula tus ciclos digestivos, entre otros bene?cios. Si lo vuelves un hábito, puedes llegar a sentirte hasta 2.5 años más joven.
4.- Trabaja… en un hobby  México ocupa el sitio número 19 en la lista de los países más estresados del mundo y el segundo lugar en Latinoamérica. Los síntomas del estrés: ansiedad, miedo, irritabilidad, taquicardia, dolores de cabeza, cuello o espalda. Se recomienda, además de tomar todo con más calma, tener un hobby muy distinto al trabajo.   5.- Mantente en movimiento  Media hora de caminata diaria basta para prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes, glaucoma (caminar reduce la presión ocular), quemar calorías, sentirse mejor con uno mismo… y ganar años de vida. Un cálculo realizado por The Washington Post, basado en estudios publicados por la revista Archives of Internal Medicine, demostró que una caminata de media hora diaria, durante 12 años, es capaz de alargar 1.3 años la vida de una persona.
6.- Larga vida a tu corazón  Embolias y paros cardiacos pueden ser ocasionados por la hipertensión. Según el College of Family Physicians of Canada, para conservar en buen estado nuestra red vascular es necesario: mantener un índice de masa corporal debajo de los 25, limitar el consumo de sodio (sal) y alcohol, evitar la grasa y el colesterol. Después de cumplir los 18, es recomendable medirse la presión al menos una vez cada dos años.
7.- Administra tus latidos  De la mano de una buena alimentación se encuentra la actividad deportiva. El objetivo es aumentar la actividad cardiaca, basados en el Target Heart Rate (THR). Según la Universidad de Pardue, nuestros órganos y músculos responden dependiendo de la demanda. Una actividad física periódica provoca mayor oxigenación, una mejor labor cardiovascular y un mayor consumo de calorías. Para obtener nuestro máximo THR se toma como cifra inicial 220, luego se le resta nuestra edad. Esa cifra se multiplica por .60 y por .85. Ése es el rango de latidos por minuto óptimo para ejercitarse.
8.- Cuida tu salud mental  La Asociación Nacional de Salud Mental y el National Council for Community Behavioral Healthcare, ambas instituciones estadounidenses, recomiendan, en primer lugar, aprender a cuidar la autoestima (evitar la autocrítica excesiva, fomentar el respeto y la amabilidad, aprender a poner límites); practicar ejercicios de meditación; poner siempre en perspectiva los problemas; evitar la monotonía. Todo esto para llevar una vida más tranquila y en equilibrio.
9.- Ponle “nombre” al sentimiento  Estudios llevados a cabo en la Universidad de California demuestran lo que la mayoría de las mujeres han sabido desde siempre: hablar de nuestros sentimientos es bueno y liberador: ya sea con amigos, familiares, psicólogo, incluso empezar un diario, el chiste es verbalizar los sentimientos. “Nombrar nuestros sentimientos, ponerles ‘etiqueta’, por así decirlo, tiene efectos terapéuticos en el cerebro –explica el psicólogo Matthew D. Lieberman, académico de la UCLA y encargado de conducir la investigación–. Desactiva el trabajo de la amígdala que frente a sentimientos negativos detona una cascada de reacciones químicas”. La verbalización automáticamente lleva el proceso emocional a una zona del cerebro asociado al procesamiento lingüístico de las emociones (sin reacciones instintivas secundarias).

Niños: ¿Se comen las uñas?

Niños

¿Se come las uñas?

Ésta es una costumbre muy común en los niños en edad escolar (entre los 6 y 11 años), que aparece como una respuesta motora a un estado de ansiedad. Es una costumbre viciosa que se manifiesta en heridas en los dedos, labios y encías y que se conoce como ONICOFAGIA.

Las causas de este mal hábito, radican en las situaciones que generan inseguridad, pues ésta desata en los niños una ansiedad que a su vez, los lleva a buscar distracción, alivio y tranquilidad, sensaciones que ellos creen encontrar al morderse las uñas. Tambien una causa puede ser la imitación, que imitan a sus padres o algun adulto cercano al morderse las uñas.

La onicofagia, más que atacar el síntoma, requiere de un análisis integral de lo que el niño vive. pero antes de ir al medico, los padres deben considerr los SI y NO.

SÍ:

  • charlar con el niño para identificar su ansiedad.
  • indicarle que moderse las uñas duele y que tiene que evitarlo.
  • abrir una posibilidad de la lectura, cuentos, historias y juegos para que se distraiga, asi como de la escritura, musica o pintura, para que tenga las manos ocupadas.
  • establecer las mismas reglas con las personas que lo cuidan.

NO:

  • castigarlo o hacerle reproches, ya que puede empeorar su conducta.
  • dejar que este mal hábito continúe por que corre el riesgo de evolucionar en otras manías como arrancarse el cabello, las cejas y a la larga, generar irritabilidad.