Alimentos adictivos

Hoy en día con las prisas, la falta de conocimientos sobre cocina y que a muchas personas les gusta más que les sirvan que preparar comida casera; los restaurantes chinos, empresas de comida precocinada, alimentos procesados  para facilitarnos la vida… Todo ello se está haciendo eco en nuestra salud.

Cada vez ingerimos más comidas procesadas, grandes cantidades de sal, colorantes, acidulantes, antiaglomerantes y un sin fin de sustancias químicas que luego se traducen en una salud cada vez más precaria predispuesta a sufrirenfermedades coronarias y met abólicas.  Os presento tres alimentos que deben tenerse en cuenta debido a su algo grado de adicción para moderarlos en nuestra dieta.

Información dienut

Sal

El cloruro sódico aporta el sodio que necesitamos para el equilibrio de los tejidos, por eso nuestro cerebro también tiene ‘apetencia’ por los alimentos salados, y cuando los probamos queremos más. Especialmente si no estamos bien hidratados. En el desierto, los tuaregs tomaban sal para evitar la deshidratación, pero ahora no tenemos porque preocuparnos de la falta de agua.

Consejo:

Elimina el salero de tu mesa y de la cocina. Cuesta al principio pero en poco tiempo te acostumbras y reeducas a tu lengua para apreciar otros sabores con hierbas y especias. También revisa los ingredientes de los alimentos que tomas, te sorprenderás de ver como la mayoría tienen sal incorporada, evítalos.

Queso

El sabor de queso puede ser amado y odiado, pero al que le gusta, le gusta mucho, todo tipo de quesos y mejor cuanto más sabor tengan. Antiguamente el queso se servía al final de las comidas como postre, o entre comidas como tentempié, se tomaba solo y en pequeñas cantidades por su fuerte sabor. Ahora todo lleva queso, a los niños les ponemos queso y no se aprende a saborear el resto de los sabores.

Consejo:

Desintoxícate y toma queso sólo sin nada más, en pequeñas cantidades y variado para disfrutar de su sabor y no engañar al paladar.

Alimentos procesados, preparados.

Todos mezclan un poco de todos los ingredientes anteriores para que nos guste más o ponen algo nuevo con un fuerte sabor. Por ejemplo el glutamato monosódico se asocia a la comida oriental, tiene un fuerte sabor muy adictivo que hace que siempre salgas con ganas de más de un restaurante chino. La comida procesada suele tener pocos nutrientes y muchos azúcares, sal, grasas y aditivos saborizantes para que nos sepa todo mejor que en casa.

Consejo:

Vuelve a la comida casera con ingredientes naturales de toda la vida, así controlas lo que pones en tus platos y limitas los antisaciantes. Si te apetece una sopa, es fácil hacer un caldo con vegetales,… hay muchas opciones para variar cada día, y en casa todo sabe mejor.

 

Producción alimentaria: ¿cuál es el siguiente paso?

COMER ES MUCHO MÁS QUE UNA NECESIDAD BÁSICA :

Nuestros hábitos alimentarios han dado un vuelco a lo largo del siglo XX. En las cinco primeras décadas, y sobre todo inmediatamente después de la II Guerra Mundial, la comida era una mera fuente de energía. Hoy en día, también constituye un fenómeno sensorial, cultural y social. No sólo esperamos satisfacción de la comida, sino también que contribuya a mejorar nuestra salud y bienestar. Además no estamos dispuestos a perder nuestro escaso tiempo libre preparando platos muy elaborados. La comida ha de ser rápida y fácil de preparar, además de sana y sabrosa. Como colofón, también esperamos que tenga un precio razonable. En resumen, la comida debe ser sabrosa, segura, barata y sana, estar disponible todo el año, ser lo más natural posible, variada, e incluso refinada y exótica en ciertas ocasiones.  Aunque demos todo esto por supuesto, proveer de alimentos a un mercado de más de 350 millones de personas, únicamente en Europa central, no es tarea fácil. Por añadidura, a medida que la población aumenta, el número de agricultores disminuye, lo que incrementa la presión sobre los sistemas de almacenamiento y transporte, sobre todo debido a que muchas de las materias primas no se cultivan en Europa. Parece imposible satisfacer esta enorme demanda. Sin embargo, los avances tecnológicos en la elaboración alimentaria y los recientes descubrimientos de las ciencias de la nutrición han derivado en la mejora de la calidad de los alimentos y en una enorme variedad de los mismos.

UN DICHO ANTIGUO, PERO CIERTO: SOMOS LO QUE COMEMOS

Nuestro estilo de vida y nuestros hábitos alimentarios no sufrieron un cambio radical hasta «los últimos momentos» del calendario histórico.  Todavía en el siglo XV, la dieta europea habitual estaba constituida de col, leche, cebada, caldo con manteca de cerdo y, de vez en cuando, un poco de carne. Y hasta hace escasas décadas, el trabajo extenuante de la mano de obra, que conllevaba un enorme consumo de energía, era moneda corriente. Hoy en día, sin embargo, nuestras ocupaciones tienden a ser sedentarias.  Muchos de nosotros podríamos mejorar el desequilibrio existente entre la ingesta de calorías y la actividad física. Sin embargo, se ha demostrado que, en los últimos años, los recientes descubrimientos en materia de nutrición han comenzado a influir en nuestros hábitos alimentarios. Cada vez nos decantamos más por las carnes magras, la verdura y los alimentos ricos en fibras dietéticas.

SANO, SANÍSIMO, LO MÁS SANO… DIETAS DEL SIGLO XXI

A medida que las ciencias de la alimentación nos ofrecen más información sobre los mecanismos por los que ciertos ingredientes alimentarios afectan a nuestras funciones corporales, tanto científicos como expertos del mercado constatan que los alimentos a los que se atribuyen propiedades positivas son cada vez más populares. Los análisis de mercado sobre la demanda y el comportamiento de los consumidores prevén que en los próximos años, prácticamente todo grupo de productos contendrá alimentos especiales para mejorar la salud (1). La ciencia se centra ahora en reducir el riesgo de contraer enfermedades crónicas y debilitantes, en especial, trastomos cardiovasculares, obesidad, cancer, osteoporosis y diabetes no dependiente de insulina.

Tabla 1: CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN DE LA DIETA Y EL ESTILO DE VIDA

Porcentaje de energía procedente de:

Estilo de vida Grasas Azúcares Almidón Proteínas Fibra (gr/día)
Cazador-recolector 15-20 0 50-70 15-20 40
Campesino-agricultor 10-15 5 60-75 10-15 90
Miembro de la sociedad de la abundancia 40+ 20 25-30 12 20

Fuente: FAO