Está comprobado: los que juegan fútbol queman una enorme cantidad de grasa por partido, a la vez que aumentan su masa muscular. Esto, combinado con un deporte que se juega en grupo, lo que a veces ayuda a ese empujón que necesitamos para hacer ejercicio … ¿te animas?
La original sugerencia, para grandes y chicos, hombres y mujeres, surge de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca. Allí, científicos han demostrado que jugar un partido de fútbol entre amigos permite a quien participa en el encuentro quemar más grasas y ganar masa muscular en mayor proporción que la práctica de salir a correr.
Para llegar a esta conclusión, los expertos daneses estudiaron a 37 varones sanos, de entre 31 y 33 años, y descubrieron también que quienes juegan este deporte se cansan menos que aquellos que practican el “footing”, “running” o carrera, porque disfrutan más del ejercicio que realizan.
Los participantes en la investigación fueron divididos en tres grupos: unos jugaron al fútbol, otros corrieron y el resto no hizo ningún ejercicio. Para medir su esfuerzo, se les colocaron monitores cardíacos y se compararon muestras de su sangre y tejido muscular tomadas antes y después de cada partido de fútbol o carrera.
Luego de tres semanas, durante las que practicaron sus respectivos deportes durante una hora tres veces a la semana, los futbolistas perdieron un 3,7 por ciento de su masa grasa, mientras que la de los corredores disminuyó tan solo en un 2 por ciento.
La masa muscular de los jugadores de fútbol aumentó en casi dos kilos, mientras que la de quienes corrieron apenas se modificó.
Por su parte, no se registraron cambios relevantes en la grasa corporal y musculatura de los que no practicaron ejercicio.
“Aunque quienes jugaron al fútbol no estaban entrenados, hubo momentos muy intensos en los que sus sistemas cardiovasculares fueron exigidos al máximo, como si fuesen profesionales”, explicó Peter Krustrup, del Departamento de Ciencias del Deporte de la universidad y uno de los autores del trabajo.
Los investigadores también comprobaron que hay momentos en los partidos en los que el corazón bombea a un 90 por ciento de su capacidad, nivel que no se registró entre los corredores.
Además, “los futbolistas se divirtieron más y no pensaron tanto en la fatiga y el dolor muscular», según la investigación.
El fútbol no sólo es beneficioso para adelgazar, sino además para reforzar la densidad mineral ósea, sobre todo cuando si se practica desde la infancia. Lo que lo vuelve también un deporte interesante para la mitad femenina del mundo. De hecho, el próximo paso de los investigadores será iniciar una investigación con goleadoras, defensoras y atacantes femeninas.
Jugar al balompié desde antes de la pubertad favorece al contenido y la concentración de sales minerales de los huesos y les confiere un mayor tamaño, indica otro trabajo liderado por José Antonio López Calbet, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.